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CARTAS DE LECTORES
Grassi a la cárcel
La Cámara de Casación
Penal bonaerense confirmó la condena
al cura Julio César Grassi por abuso
sexual y corrupción de menores sin
embargo el sacerdote goza de libertad aún
con la confirmación de la pena de 15
años de prisión resuelta por
los camaristas que revisaron el proceso judicial.
El fiscal general de Morón, Federico
Nieva Woodgate, expresó que El fallo
confirmó que los abusos se cometieron
y que por esta razón hubiera preferido
una condena más dura.
Juan Pablo Gallego, abogado querellante quien
representó en el proceso a “Gabriel”,
abusado sexualmente por el cura, confirmó
que recurrirá a la Suprema Corte para
pedir la detención del sacerdote acusado
por abuso.
El apoderado del Comité Argentino de
Seguimiento y Aplicación de la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño
(CASACIDN) sostuvo que la condena validó
la acusación que sostuvo durante ocho
años que Grassi era un peligroso pedófilo.
“No podemos aceptar que no vaya a prisión
después de una condena en dos instancias”..
De acuerdo con la interpretación del
ministro de Seguridad y Justicia provincial,
Ricardo Casal, la decisión sobre la
libertad de Grassi es de competencia del Tribunal
de origen: “La Justicia de primera instancia
debería revocar la excarcelación
y ordenar su detención”, explicó
el ministro.
No obstante el dictamen de Casación,
que acredita la responsabilidad del sacerdote,
sus integrantes rechazaron por incompetencia
el pedido de detención de Grassi.
En los fundamentos, los camaristas de la Sala
II de Casación, Jorge Hugo Celesia,
Fernando Luis María Mancini y Carlos
Alberto Mahiques, sostienen que su competencia
en la resolución sobre eventuales pedidos
de libertad de condenados presos, es cuando
las penas se aplicaron de manera equivocada.
En este caso, hubo una confirmación
para la pena aplicada en el juicio oral, al
que Grassi ya había llegado en libertad.
Según el Tribunal Oral Criminal N°
1 de Morón, el sacerdote abusó
del chico –por entonces menor de edad
y bajo tutela– en dos ocasiones.
Por ese caso y otros supuestos 15 hechos similares,
Grassi enfrentó un juicio en libertad
que se inició el 20 de agosto de 2008
y en el que declararon 130 testigos. El 10
de junio de 2009 el Tribunal de Morón
lo encontró culpable y lo condenó
a 15 años de prisión. Esa fue
la sentencia confirmada por Casación.
Teniendo en cuenta lo expuesto los abajo firmantes
solicitamos el cumplimiento de la condena
en prisión común del cura Julio
Cesar Grassi, entendiendo que su libertad
además de ser un peligro para la sociedad,
manifiesta una desigualdad de derechos y obligaciones
ante la ley contradiciendo el artículo
16 de la Constitución Nacional Argentina:
La Nación Argentina no admite prerrogativas
de sangre, ni de nacimiento: No hay en ella
fueros personales ni títulos de nobleza.
Todos sus habitantes son iguales ante la ley.
Las adhesiones se reciben por correo electrónico
a: [email protected]
Sin
seguridad no hay futuro
Es bueno vivir en democracia pero con seguridad.
Pero este anhelo no se cumple lamentablemente
en la Argentina. En un país donde aprovechando
las libertades se alimenta desde diversos
medios el odio, el resentimiento y el enfrentamiento.
Donde constantemente se nos recuerda un pasado
violento, pero al mismo tiempo dejamos escapar
nuestro presente y nuestro futuro. Mirar para
adelante y no para atrás. Y si recordamos
el pasado que bueno sería hacerlo con
autocrítica (mirar las culpas propias
de lo vivido y no solo las ajenas).
Puede entonces que algún día
podamos madurar como sociedad, ya que hoy
tenemos mucho de violencia verbal y física.
Desamparo gubernamental en materia de seguridad
y un delito que crece como un tsunami amenazando
taparnos a todos.
La calle está ganada por toda clase
de delincuentes que matan y roban. Narcos
y asesinos sicarios que matan sin piedad.
La policía (y me refiero a la buena)
maniatada o rehén de conflictos políticos
ausente y sin aviso.
Para concluir, los beneficios sociales solo
pueden ser gozados plenamente en un país
donde las autoridades tienen la intención
y la prioridad de defender la vida y los bienes
de los ciudadanos. Ya que no me sirve de nada
beneficios sociales y asignaciones de dinero
si no van acompañadas de otras medidas
como ser la educación para la vida
y el trabajo, y al mismo tiempo mostrar que
la violencia de los delincuentes no será
tolerada en ninguna de sus formas.
Saluda atte.
Natalio Daitch
médico-Barrio Norte
[email protected]
Revista El Abasto, n° 131 , mayo 2011.
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