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Desde la agrupación universitaria, La Mella, que ha puesto en marcha la Casa Popular Vientos del Pueblo abren ahora La Fábrica de los Sueños

El callejón de los sueños almagrenses


Visitamos La Fábrica de los Sueños, en Bustamante 59. Allí universitarios, familias en situación de calle y trabajadores gestan un proyecto social y cultural para el barrio de Almagro. La voz de sus protagonistas.
   El callejón de Sánchez de Bustamante y la vía hace tiempo que suma un cabio drástico, a prepotencia de resistir y crear donde hay sólo oscuridad y abandono. Se trata de una iniciativa encarada en conjunto por estudiantes universitarios (a través de Casa Popular Vientos del Pueblo de Once), trabajadores del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) y de un grupo de familias, varias de ellas con hijos, en situación de calle; algunas viviendo allí desde hace mucho.
El resultado de esta coexistencia es La Fábrica de los Sueños. En el 59 de Bustamante se vive un proceso de reacomodo, de restauración en un amplio galpón abandonado que desde hace poco más de un mes brinda —de lunes a viernes de 18 a 20— apoyo escolar, merienda para niños y, a futuro, dictará talleres culturales y de oficio.
   “Somos gente con necesidades, las banderas partidarias quedan en la puerta, acá todos somos iguales; somos gente que viene a ayudar por un proyecto común para el barrio”, definen.
   “Hoy un montón de fabriqueros empezaron a construir sus sueños, muy fuerte y muy emocionante”, resaltaban desde La Fábrica de los Sueños, en relación a la primera intervención para refaccionar y acondicionar el galpón. Durante la segunda, realizada a fines de abril, estuvimos con sus hacedores.
   La zona lindante con el ferrocarril Sarmiento, con el puente de Bustamante y la vía y el callejón —vale recordar— ha sido territorio almagrense esquivo para sus propios vecinos. Más allá de la presencia de una escuela (el Tierra Santa), la poca iluminación y la desolación le han hecho la fama de tierra insegura.
   Hoy, con su grano de arena, desde La Fábrica de los Sueños aseguran colaborar para revertir esta situación. Entre ellos, hablando con Alejandro Clarenc, uno de los primeros en encerar el proyecto, resalta que “Cambió la visión por el poco tiempo que vamos la gente se sumó y apoyó nuestra iniciativa; incluso ven a la zona más positiva”.
   Puertas para adentro, el tramo donde funciona este espacio social y cultural es un depósito de techos altos, amplio. Hubo que sacar escombros, remover basura, recuerda Alejandro. Ahora queda un espacio grande, enorme, para llenar de vida y actividades.
   Mientras algunas de las familias terminan de comer de una olla popular, algunos se ponen a pintar unas repisas. Otros, a su vez, acondicionan un pasillo al costado del galpón. “Vamos a hacer aulas para los chicos”, resalta Alejandro y luego nos indica varios otros proyectos para el lugar.
   Con respecto a la actividad junto a los más chicos, Alejandro destaca que el apoyo escolar se brinda junto a una psicopedagoga en función de cumplir un rol social en el barrio. “Los niños vienen a hacer actividades acá, dejan carpetas con dibujos, comentarios de los que hacen, también participan de la reestructuración; son parte de esto”, sostiene.
   Mientras avanzan los trabajos para que la fábrica se convierta en punto de referencia social y cultural, Clarenc expresa que se necesitan “materiales para arreglar el lugar, muchas sillas, banquitos, artefactos de luz, pintura, juguetes y material didáctico para la sala de los más chiquitos, libros para la biblioteca, ropa, muchísimas ideas, cosas para armar la cocina, para el futuro gimnasio, para el patio de deportes y todo lo que los vecinos o interesados en sumarse a esta iniciativa crean que puede servir para tener el lugar en óptimo estado y hacerlo crecer”.
   Pensado “a largo plazo”—como enfatiza Alejandro—, está la iniciativa de “hacer una cooperativa para generar nuevas oportunidades laborales”. “Está en debate, en las asambleas definimos cómo encarar la cuestión”, añade Clarenc.
Con respecto al galpón, “el hecho de haber estado abandonado durante 30 años es un motivo más que suficiente para que se respete a los actuales poseedores como los únicos que le agregaron valor al edificio y al vecindario”, reivindica el comunicado de Vientos del Pueblo.
   Mientras tanto, Alejandro adelanta que el 12 de mayo se hará la “presentación” de La Fábrica de los Sueños a los vecinos. Mientras el tema del la habitabilidad se define, la vida cultural y social en Almagro suma un nuevo punto de encuentro; llevado adelante con un poco de vocación, de acción comunitaria y de ganas de progresar. Como dice su lema, este espacio busca dejar de ser el rincón oscuro y desolado para convertirse en “el lugar donde los sueños se cumplen”.

J.M.C.


Revista El Abasto, n° 143 , mayo 2012.


 

 

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