Alta posicionamiento en buscadores y directorios Abasto

            

Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO GUIABASTO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR

 


   


 

La ONG Proteger Abasto nos habla sobre
la fiebre de la edificación descontrolada

Otro ladrillo en el cielo porteño

Las torres crecen al ritmo del boom inmobiliario en la ciudad. Organizaciones vecinales plantean el debate sobre la preservación patrimonial. En el mes donde se recuerda el día Mundial del Hábitat, reflexionamos sobre especulación financiera, “palermización”, uso tierras públicas, y muchos aspectos más junto a la ONG Proteger Abasto y varios referentes del tema.

Foto: Perfil.

Toc, toc, toc. El pulso diario con que la ciudad cambia de a poco sus ropas de casas antiguas por imponentes torres de durlock se cuentan al compás de martillazos, taladros ardientes y demás herramientas que van suturando una nueva fisonomía porteña.
El sonido lo engloba todo, distrae, hace la vida en una ciudad ya desordenada un poco más tortuosa. A esta conclusión llegamos desde una terraza abastense en Humahuaca y Sánchez de Bustamante. Subidos a una escalera junto a Elisabet vemos que el horizonte trae malas nuevas: como gigantes con ánimo de devorar el sol ajeno, se van levantando edificios dispuestos a acapararlo todo, a convertir a Buenos Aires en una especie de proyecto futurista en el corazón del tercer mundo.
Y este litigio entre la herencia del pasado, las preguntas identitarias con retazos de esta situación compleja que vivimos los porteños. Uno podrá hablar de crisis habitacional, otro de alquileres imposibles, otro de créditos esporádicos, varios nostálgicos dirán que Buenos Aires ya no es lo que era, otros sólo se sentirán desalojados de su propia ciudad. Y sin embargo, todos ellos están hablando del mismo asunto.
Al resguarde de los ecos martilleros, Elisabet, en calidad de referente de Proteger Abasto introduce la charla: “En los últimos años surgieron muchas organizaciones barriales que se dedican a proteger el patrimonio urbano, porque Buenos Aires tiene un casco histórico plagado de edificaciones históricas, pero a la vez, cada barrio tiene sus puntos de referencia; eso es lo que se está perdiendo”. Se trata, estima, de “armar todo lo que el gobierno no hace” entre estas redes vecinales.

La palermización ahogará la ciudad
La zona de Abasto puede ser tenida en cuenta como un caso ejemplar. “Tarde pero seguro: el boom inmobiliario llegó a la zona del Abasto. Se lo esperaba antes, cuando los empresarios suponían que la inauguración del que sería hasta hace poco el shopping más grande de la Ciudad [Autónoma de Buenos Aires], en 1998, renovaría el barrio y atraería a los inversores. La crisis y la poca planificación aguaron los pronósticos, pero diez años después, el negocio resurgió con más fuerza: en una superficie de apenas sesenta manzanas pueden contarse al menos treinta edificios nuevos o en construcción”, publicaba Perfil el 15 de enero de este año en la nota titulada “Se «palermiza» el Abasto y aumenta el precio del metro”. Dos “buenas noticias” para la barriada: techo más caro y sofisticación de una zona de laburantes de toda la vida.
En tanto, junto a la organización vecinal, Elisabet plantea que antes no existía este tipo de articulación entre vecinos para debatir la cuestión de patrimonio (derrumbes de casas históricas, avance inmobiliario, etc.). Ahora, incluso se enmarca dentro de Cultura Abasto, según nos confirmó, y además estimó que la descentralización de las comunas es otra herramienta para hacer presión y mostrar la postura de los habitantes de la zona. En este sentido, resaltó la constitución de la Comisión de Patrimonio y Memoria de la Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal).

La pata política
“Encima desestiman los pedidos”, lamenta para contar los intentos por presentar escritos y así intentar que los organismos de gobierno protejan edificaciones antiguas. “Desde el Consejo de Patrimonio desestimaron una catalogación al afirmar que «si bien los inmuebles representan el carácter original del barrio de Abasto, constituido por casas italianizantes que se desarrollan en torno al Mercado, están deterioradas. Algunas intrusadas y malintevenidas por lo que les ha generado un mal estado»... Con este argumento te tiran todo Buenos Aires”, reflexiona para sumar que el organismo reconoce el valor del inmueble pero aún así no lo toma en cuenta para su protección.
La cuestión política no queda allí. “La mayoría en la Legislatura también es de relevancia. Se aprueban leyes de segunda lectura donde se modifican las normativas. Esto los vecinos lo perciben con edificios cada vez más altos en las calles internas de los barrio”, analiza.
Otra consecuencia, alarmada por vecinos de estas organizaciones, fue “el golpe del macrismo para terminar de liquidar toda oposición institucional a las demoliciones y capar la ley de patrimonio sigue haciendo ruido. Como se sabe, el jueves pasado (12 de julio de este año) el PRO presentó un proyecto para cambiar los miembros de una entidad que ahora vuelve a ser sello de goma, la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad”, tal como resumió Sergio Kiernan para el matutino Página/12 del mencionado mes (ver cobertura legislativa en nuestro sitio web).
“Es éste un brevísimo balance de un recorrido en el que, si bien abundaron las trabas de todo tipo, se obtuvieron logros tan importantes como el haber compartido con ustedes la defensa del patrimonio porteño desde un posicionamiento que se liberó de etiquetamientos y preconceptos de décadas pasadas para empezar a construirse en los diversos recorridos del devenir cotidiano que es donde anidan y se recrean memorias e identidades”, reflexionó más tarde la misma Capano en un comunicado donde agradeció a las organizaciones barriales su “inclaudicable presencia territorial”.

Del Medioevo a la caótica exclusión
La conservación del patrimonio, Pedro Kesselman (vecino del zoológico y abogado patrocinante de un grupo de vecinos que piden la intervención judicial en el Zoológico) evaluó: “Los negocios privados con los espacios y las tierras públicas son hoy noticia cotidiana, motivo de anuncios espectaculares y causa de protestas cada vez más numerosas y organizadas de los ciudadanos y ciudadanas que nos resistimos a que Buenos Aires, y todo el área metropolitana, sean caóticas aglomeraciones, plagadas de torres, shoppings y estadios, sin planificación alguna y sólo surgidas de la temible combinación de «Desarrolladores urbanos», eufemismo destinado a barnizar a esos tiburones que son los especuladores inmobiliarios, y funcionarios y políticos para los cuales la tierra y los espacios públicos son vacíos destinados a ser llenados con cualquier cosa que genere lucro. Ello sin importar el deterioro de la calidad de vida del pueblo”.
Estas palabras fueron mencionadas en el marco de la jornada sobre Buenos Aires en emergencia, realizada el 2 de octubre en el Salón Montevideo de la Legislatura porteña. Asimismo, allí evocó a otro referente del urbanismo, al arquitecto José Francisco Liernur. Kesselman citó un artículo publicado en el matutino Clarín el 13 de julio de 1993 donde Liernur calificaba a Buenos Aires “como medieval, advirtiendo que los espacios públicos de la ciudad estaban librados al poder del más fuerte y eran un gran bocado inmobiliario”. Agregaba que “el escenario urbano, de donde también se retiró el estado, hace que la ciudad vuelva a un estado de neomedioevalismo: la mayoría de los ciudadanos ve cada vez más restringidos los espacios públicos, que ahora se reservan para uso exclusivo de los que tienen dinero”.
En la zona de Abasto el Parque de la Estación es un claro ejemplo de ello, tal como venimos comentando en esta edición gráfica y en tantas otras notas en el sitio web.
Para que no queden dudas sobre qué es lo que sucede a nuestros pies, el vecino de Palermo evocó otra nota periodística de interés. El 1 de septiembre de este año Javier Lewkowicz escribía en Página/12 que “el suelo es una mercancía escasa, cuyo precio se forma a partir de la renta que genera, que a su vez depende del tipo de actividad que allí se instala. La tierra urbana tiene un valor diez veces mayor que la tierra rural”. Y agregaba: “Con ese panorama, es comprensible la lógica especulativa con el terreno ocioso”, del cual queda poco en la ciudad. En consecuencia, los «desarrolladores» apuntan a levantar allí enormes construcciones, “por cierto dedicadas esencialmente a la especulación, ya que buena parte de las mismas se hallan desocupadas. Y también se consideran «terrenos ociosos» a las plazas, parques y tierras del estado, nacional o local, por lo que estiman que bien se pueden utilizar los mismos para estacionamientos, comederos, shoppings y mas torres”.

Empeñar los ladrillos de la abuela
Elisabet abre el juego al debate y plantea que desde la conservación la pregunta a formular es “¿hasta dónde podés conservar? ¿Qué historia, qué testimonio del Abasto conservo? Falta este pensamiento, esta ideología, este hecho de sentarse y evaluar cómo está la situación”, enfatiza.
Al parecer, en la actualidad la respuesta es poca y nula.
¿Qué hay detrás de este movimiento inmobiliario? Además de mucho, pero mucho, dinero, para Elisabet “hay una ideología, es una cuestión cultural, ese es el gran problema”.
La cuestión es encarar el tema ya que, tal como enunciábamos, “la Ley permite” esta situación. Elisabet afirma: “La forma de parar es pensar con proyectos de ley; definir al Abasto. Estamos en contacto con arquitectos del barrio. Se necesita un equipo. La idea, de este modo, es realizar un proyecto para restringir las alturas”.
El 1 octubre es el día mundial del derecho a una vivienda digna, al acceso a los servicios básicos, a la educación, a la justicia, a la seguridad y sobre todo, a la posibilidad de vivir en armonía con el entorno; en otras palabras, el Día Mundial del Hábitat.
Frente a esta fecha, qué mejor oportunidad que haber repasado junto a referentes barriales la situación que atraviesa la ciudad. A estar atentos, el ruido de esos martillazos, cada centímetro que suben las torres al cielo, son el tiempo que se acorta para la calidad de vida los vecinos; si no es que la caída de una torre no precipita las cosas.

J.M.C.


Fuera abajo Buenos Aires
“Ocho derrumbes se registraron desde 2009 en la Ciudad de Buenos Aires -tres de ellos durante este año-, dejando un luctuoso saldo de 10 muertos y 42 heridos, además de millonarias pérdidas materiales”, publicó la agencia estatal Télam.
El boliche Beara, el gimnasio de Villa Urquiza, el edificio de Mitre al 1200 donde murió Isidoro Madueña y la muerte del joven Octavio Pérez Galimberti (militante de La Cámpora Comuna 5) aplastado por una marquesina son algunos de los casos que más sonaron en los medios de comunicación.
En el barrio tuvimos una importante rajadura en un antiguo edificio por S. de Bustamante al 600, cuando la cuña del nuevo lindero provocó que el primero cediera y obligó a sus ocupantes a evacuarlo de urgencia.
La esquina de Jean Jaurès y Valentín Gómez no corrió la misma suerte, en estado calamitoso el edificio terminó desplomándose este año, y pese a que dentro vivía gente -por suerte- nadie murió.
El tema de los derrumbes incluso motivó que, en noviembre de 2011, los diputados Delia Bisutti, María José Lubertino, Sergio Abrevaya y Rafael Gentili organizaran un debate público con vecinos y organizaciones de la ciudad. Y Javier Ibáñez, ya por entonces titular de la Agencia de Control, debió concurrir a la Comisión de Desarrollo Económico de la Legislatura a brindar explicaciones, suma un artículo de Ámbito Financiero.
Si se analizan las circunstancias en que se produjeron los derrumbes, una amplia mayoría obedece a obras en construcción que, por ausencia de controles o normas de seguridad, cedieron y causaron heridos, muertos o daños al mobiliario porteño.

Patrimonio Histórico Urbano
El primero de octubre se inauguró la sede de la Defensoría General ubicada en la calle México y Tacuarí, en la cual funcionará la Unidad Especial Temática para el Patrimonio Histórico Urbano.
Dicha sede se encuentra en un edificio conservado, que su momento fue la “Compañía Argentina de Fósforos – Ranchera”, honrando así el valor patrimonial de nuestra ciudad. La Unidad Especial brindará asistencia Jurídica en defensa del Patrimonio Histórico Urbano. Los vecinos pueden dejar sus inquietudes o denuncia en el horario de 9 a 13, en el 2° piso.

Asamblea de Proteger Abasto
La última asamblea de Proteger Abasto con vecinos se realizó el miércoles 3 de octubre en el Bar Musetta, Billinghurst y Tucumán “para hablar sobre los temas de Patrimonio y Defensa del Paisaje Urbano de nuestro barrio”.


My Great Web page

Revista El Abasto, n° 148, octubre 2012.

 

 

Webstats4U - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares
Contador gratuito

 

Copyright www.revistaelabasto.com.ar - Mientras mencione la fuente permitimos su reproducción.