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CARTAS DE LECTORES

Reencontrando a Koffman
Estimado Sr. Pablo Ciliberti:
En junio del 2002, con el número 35, por primera vez el diariero Horacio, de Rivadavia 3880, me ofreció la revista, ¡cuál fue mi sorpresa! Leo “Mercado del Abasto” de Felipe Koffman; despidiendo al Abasto con emoción. Cómo no describirlo así, radicado tantos años en la esquina de Bustamante y Sarmiento, años anteriores a 1928. Cuando mi padre decidiera comprar la casona de Sadi Carnot 358. Felipe saboreó desde pequeño sus cines, sus boliches, calles, vecinos, trabajadores, rozándose, también, con artistas, etc.
Interesada por felicitarlo, encontré en guía su domicilio, lo llamé. Quise compartir con mi hermana menor el momento de verlo. Así fue como organizamos una reunión en “La casona de Colombres 25” con muchos familiares (18) y con este querido amigo, su señora y demás.
Había pasado mucho tiempo, necesitábamos que nos contara su vida.
Felipe escritor, dibujante, etc., etc y sobre todo “señor”. Siempre fue superándose y lo decía en su juventud, cuando trabajó con mi padre en el taller de broncería que funcionaba en el fondo de la casa amplia, que albergara a los doce familiares. Felipe decía:” Quiero ser independiente, que nadie me mande”. Se superó luchando y ofreciéndole satisfacciones a sus padres, sencillos y muy trabajadores.
La tarde de la reunión todos recordaban a aquel muchachito que estudiaba grafología; nos hacía escribir y firmar. “La firma y la rúbrica nos decía son importantes y nos transmitía el presente y el futuro”. Poseo en el cofre de mis recuerdos ese estudio grafológico, pasaron ya sesenta años y mi vida soltera y de casada fue tan feliz, como él lo pronosticó.
Así como Felipe apreció a mi abuelito, a mis padres y los nueve hijos; nosotros supimos querer a sus padres, a su hermana Ana y a León que trabajó como pulidor y decorador del bronce. Nos deleitaba mientras pulía y aún con el ruido de la máquina empastando la polea cantaba tangos con gusto y excelente voz. ¡Qué hermosa juventud la nuestra! Y creo, casi con seguridad, la de ellos. No sólo eran obreros, los considerábamos familiares.
Deseo decirle a Felipe que gracias a la revista volvimos a tratarlo pero siempre estuvo en nuestro recuerdo. Gracias, Felipe, por triunfar en la vida, por superarte, por tener un hogar con tu buenísima señora y ser como sos. ¡Adelante, Felipe! Te merecés el cariño de todos.
Roma L. Alascio de Varela

Estimados amigos:
Soy un joven escritor de veinticinco años. Paso mis días entre mis trabajos mis letras, las que alegran todos mis días soleados y tormentosos. Quisiera colaborar con ustedes con los escritos que decoran mis años.
Tengo entendido que el principal propósito de la revista es luchar por causas nobles y ganarles al tiempo, para que muchas personas puedan disfrutar de esas letras que decoran sus páginas.
Afectuosamente,
Jeremías Salvaneschi

Mandanos lo que quieras. La idea es dar lugar a gente como vos. Aunque no voy a negarte que seleccionamos los cuentos.
Rafael

¡Grande el n° 57!
Editorial: “¿Civilización o barbarie?” En cuanto a la primer parte, totalmente de acuerdo. Me pongo en la primera fila a favor de la Paz y en contra del violento George W. ¿Por qué tanta violencia? Porque a el mundo le falta:

Un poco mas de poesía
¡Cuanta violencia en el mundo!
te oí ayer que decías.
Es que a este mundo le falta
un poco más de poesía.

Porque todo es material
Todo lo mide el dinero,
todo lo mide el poder...
así estará el mundo entero. [...]

Lo que no voy a negar es que esperé ansioso la aparición del n°57 de El Abasto. Quería ver la autobiografía de Don Felipe Koffman. Confieso que me gustó muy mucho, a pesar de saber algunas cosas de su “macanuda vida”. Sabía, por ejemplo, que le gusta esconder su edad. Pero hay que me extrañó cuando dice:”... no quería que nadie me mandará
ni tener que dar explicaciones....”. Raro, porque yo tenía entendido que en su casa los pantalones lleva Fanny. En fin, dejémoslo ahí....
De todos modos, mis respetos a Don Felipe, y un versito:

¡Vamos gaucho todavía!
(Décima)
Vino a este mundo a cantar
de Bernasconi, el pampeano,
no vi guitarra en su mano
pero quién lo hace callar;
con su estilo singular
Don Felipe va verseando,
y habrá de seguir cantando
para bien, no para mal.
“Como agua de manantial
los versos le van brotando”

Saludo muy atentamente, no sin antes agradecer todas las publicaciones de mis versitos. ¡Gracias! ¡Feliz día del amigo! Para el 20 de julio.
Carlos Eliseo Pizzo


Dudas sobre articulo
Estimado Sr. Luis Dubini [sic]:
Mucho le agradecería suministrar información sobre la mencionada epidemia de leucemias y linfomas, pues salvo un solo caso de leucemia documentado en las torres de Avellaneda, al cual no se le practicó la autopsia para conocer la etiología de dicha enfermedad, sinceramente ignoro cualquier otro caso.
Además le ruego me informe cuales de los gases desprendidos en un relleno sanitario son causantes de cáncer y más específicamente de leucemia y qué laboratorio efectuó las mediciones, bajo qué protocolos y qué normas nacionales o internacionales se siguieron. Para continuar con todos estos trabajos podemos contar con la colaboración del Dr. Nelson Albiano, jefe de Toxicología Infantil del Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez y ex-presidente de la Asociación Toxicología Argentina.
Le saluda
Ing. Osvaldo Koffman
[email protected]

Contestando:
El ingeniero O. Koffman comienza su carta haciendo mención de un “un solo caso de leucemia documentado en las torres de Avellaneda, al cual no se le practicó autopsia para conocer la etiología”.
Sin embargo, si algo hizo tristemente célebre a las Torres de Wilde (municipio de Avellaneda) es la seguidilla de cánceres sobre cuerpos muy jóvenes en 1999. Deudos de los afectados, agrupados como “Madres de las Torres” o como asamblea vecinal hablaron entonces de quince casos de cáncer (con ocho desenlaces fatales) y las observaciones que se hicieran establecieron como la causa más probable un incendio a cielo abierto en el llamado “cinturón ecológico” (a 400 m. de las Torres) durante el año anterior, que duró varios días convirtiendo restos de basura en una nube de tóxicos, algunos de altísima peligrosidad como las dioxinas que se producen cuando el fuego quema plásticos.
El ingeniero Koffman me pregunta a mí, periodista, cuáles son los gases desprendidos en lo que él califica sin comillas ni rubor “relleno sanitario”. Voceros de la Asamblea citada aseguran que se conocen por lo menos 170 gases diferentes. Como no soy químico y esa información no está a mi alcance, le enumero apenas algunos de los emitidos por instalaciones como las de CEAMSE: metano, benceno, cloruro de vinilo, percloroetileno, cloruro de metileno, dibromuro de etileno, tricloroetileno, y un largo etcétera.
No es difícil inferir la presencia de tales gases, la mayoría de ellos cancerígenos: el cloruro de vinilo está sin duda producido por la marea de desechos de PVC, un producto que la industria petroquímica, por su presunta “baratura” y polifuncionalidad, ha logrado hacer penetrar en toda nuestra vida cotidiana (envases, cañerías, muebles, juguetes, ahora ropas).
Me parece correctísimo que el ingeniero Koffman se plantee profundizar el aspecto toxicológico de la mano de especialistas del área como el médico Nelson Albiano, a quien he tenido el honor de conocer.
Lo que no termino de entender es esa presunción de bondad de los “rellenos sanitarios” que campea en toda su carta/queja. Como si fuera posible erigir una meseta de kilómetros de extensión con los más diversos desechos de toda una sociedad (orgánicos, no biodegradables, metálicos, tóxicos), emplazarlos a corta distancia de una población convertida así en objeto (receptor sin réplica; recordemos que este “invento” data de 1977, el año tal vez más estremecedor en lo que a dignidad social y derechos civiles se refiere) y creer además que eso no es atrozmente basureador de la condición humana.
La segunda parte del artículo sobre la problemática de los desechos sólidos urbanos, en la columna de Ecología, deviene también una respuesta a las inquietudes del ing. Koffman.
Luis Sabini Fernández, autor de la nota “Congreso sobre manejo integral de residuos urbanos”,
El Abasto, no 57.

¡Qué revista!
[...] Me obsequiaron un ejemplar y al hojearla me interesó su dirección plástica y me interesó de sobremanera ponerme a sus ordenes en mi carácter de artista plástico. En mi nota le adjunto vitae y una invitación a mi atelier-estudio pre-vio concertar cita [...] en el barrio de Quinquela Martín. [...]
Mario Sevitz


Si Buenos Aires fuera una ciudad organizada:

LOS DENTISTAS deberían estar en la "BOCA"
LAS MATERNIDADES en "LA PATERNAL"
LAS IGLESIAS en "DEVOTO"
LOS ABOGADOS en "CONSTITUCIÓN"
LAS ESCUELAS en "COLEGIALES"
LOS MILITARES en "SOLDATI"
LOS FLORISTAS en "FLORES"
LA POLICÍA MONTADA en "CABALLITO"
LOS EQUIPOS DE FÚTBOL en "EL ONCE"
LOS GERIÁTRICOS en "PARQUE CENTENARIO”
Y por sobre todas las cosas:
LOS HONESTOS Y CAPACES en el "CONGRESO" y
LOS MALOS GOBERNANTES Y MALOS POLÍTICOS en "RETIRO”
envío: Bonifacio Passalacqua

Revista El Abasto, n° 58, julio/agosto 2004.

 
 

 
 
 
 
 

 

 

 

 

 

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