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Actividad teatral:
a enfrentar ciertos desafíos

A los pocos días de haber comenzado este año tuvimos que lamentar dos grandes perdidas para el mundo del teatro nacional. Me estoy refiriendo concretamente al fallecimiento de la teatrista Felisa Yeni. Una suerte de prócer del teatro. Ella fue una de las fundadoras, junto a su esposo, el también desaparecido Jaime Kogan, del Teatro Payró, y actualmente Felisa junto a su hijo, el director Diego Kogan, eran quienes llevaban la conducción de este teatro. La otra gran pérdida fue la muerte de Javier Rama, el director del grupo teatral, Los Macocos; quien murió víctima de un cáncer de páncreas. Así vistas las cosas no pareciera haber empezado nada bien este 2008, al menos, en lo que concierne a lo estrictamente teatral.
     Pero tampoco debemos ser tan pesimistas ni necrófilos; ya que si algo ha caracterizado, y lo hace cada vez más, a esta ciudad es su enorme actividad teatral. Tendríamos que ser muy necios como para no ver las diversas aristas de esta realidad teatral, la que pareciera, en este año que apenas comienza, tener distintos desafíos que enfrentar.
     Con esta nueva gestión de gobierno de Mauricio Macri y su troupe toda la gente vinculada a la cultura está expectante, aún con un cierto temor. ¿El motivo? Es muy sencillo, para gran parte de aquellos que promulgan un pensamiento profundamente liberal como el que posee este nuevo gobierno PRO, todo aquello que no sea redituable es digno de desaparecer o, por lo menos, de dejar de contar con cualquier tipo de apoyo gubernamental. Ojalá este gobierno sea la excepción que confirme la regla. De todas maneras, no creo que el actual jefe de gobierno sea tan poco inteligente como para obstaculizar tanto las distintas manifestaciones culturales si posee aspiraciones a ser presidente dentro de cuatro años. Por otra parte, la cultura no necesariamente tiene que dejar réditos económicos. Y eso es algo que cualquier persona con un poco de cultura lo sabe.
     Pero al observar como nuevo ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad al actual Hernán Lombardi, ex sushi boy, al menos, a mí me da un cierto escalofrío, que las diversas políticas culturales de esta ciudad respondan a un ex integrante de un gobierno donde su presidente tuvo que escapar en helicóptero dejando un saldo de heridos y muertos en sus calles, amén de un país sumido en una de sus más profundas crisis. ¿Estas cosas pasarán sólo en la Argentina? Pero, quedémosnos tranquilos compañeros teatreros, que Lombardi afirma tener su corazón en el teatro. Habrá que ver. Sí es así, como dice, espero que los elencos que reciben subsidio de Proteatro no tengan que esperar tanto para cobrar, ya que en más de un caso pasan por caja hasta un año largo después del estreno. Y ni que decir lo que pasó en el 2007 donde el hipócrita del exjefe de Gobierno, el pelado Telerman, al haber puesto toda la carne al asador en su campaña de gobierno dilapidó fondos de las arcas del estado y más de un elenco se quedó sin cobrar.
     Esperemos también que, de una vez por todas, se ponga en funcionamiento el Régimen de Promoción Cultural, creado por la Ley de Mecenazgo. Si esto se pusiera en marcha, todas aquellas empresas privadas que invirtieran en distintas manifestaciones culturales tendrían importantes descuentos a la hora de pagar impuestos. Los que estamos de este lado del mostrador, es decir todos aquellos que ejercitamos la actividad teatral, si esta ley se efectivizara sentiríamos una gran ayuda.
     Sobre los últimos meses del año pasado sucedió algo muy importante, que no quiero dejar de mencionar y eso fue la creación de un colectivo teatral, el cual tiene por finalidad aglutinar en su seno a los distintos representantes de la actividad teatrera (actores, directores, escenógrafos, autores, dueños de salas) y a través de diversas reuniones tratar de ponernos de acuerdo para que todas aquellas obras de teatro que se realizan tengan una mejor llegada al espectador. En suma, lo que se propone este colectivo es plantear y tratar de conseguir nuevas y mejores condiciones a la hora de producir, exhibir y difundir las obras de teatro realizadas. Porque más allá de algunas desavenencias que se producen a veces entre algunos elencos y algunos dueños de salas, no es ésa la discusión de fondo. Ya que todos aquellos titulares de salas que alquilan el edificio donde tienen su teatro son, de la misma forma, que los elencos independientes, grandes remadores, que apenas pueden sostener su espacio y no mucho más que eso.
      Creo que, quizá, la discusión de fondo sea otra. Es decir, ¿quiénes son los únicos beneficiados de la enorme actividad teatral que tiene esta ciudad? No puede ser que, mientras varios grupos independientes y dueños de sala, apenas si pueden sostener sus espectáculos y espacios a duras penas los agentes de prensa más reconocidos hayan ganado, durante el 2007, alrededor de $ 250.000. Es una locura. ¿En qué cabeza cabe? Y con esto no estoy desestimando la tarea que los mismos realizan pero convengamos que es un absoluto despropósito que estos prenseros, intermediarios del hecho teatral, ganen mucho más que aquellos que generan los espectáculos. En todo caso, me parece, cabe preguntarse, ¿son fundamentales para difundir un espectáculo o fuimos los mismos responsables de la actividad teatral los que depositamos tanto poder en los mismos? De todas maneras, éste es otro de los temas a resolver o, por lo menos, para discutir durante este 2008 que está comenzando. ¿No les parece?

Marcelo Saltal

Revista El Abasto, n° 95, enero/febrero, 2008.





 

 
 

 
 
 

 

 

 

 

 

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