40 años y más memoria que nunca

De las últimas marchas por la memoria, este 24 de marzo debe haber sido uno de los más masivos. Tal vez sume el que sea un número redondo, el que la derecha esté en el poder, más la visita del Obama.
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De las últimas marchas por la memoria, este 24 de marzo debe haber sido uno de los más masivos. Puede que sea simplemente por ser un número redondo, otra década más del nefasto golpe cívico-militar de 1976 que fijó fecha de recordatorio, pese a que la Triple A ya había instalado el terror de modo brutal. Pero sin duda se le suma al cuadragésimo aniversario que la derecha es la que está ahora en el poder político (bueno, también –como siempre– el económico, y el periodístico masivo y hasta diría manejando gran parte de la justicia…). Si a eso le multiplicamos la visita de ayer del presidente Barack Obama a nuestra ciudad entonces la reacción se explica con mayor claridad. Explica la masividad. Porque no es ningún secreto que el Plan Cóndor fue instrumentado desde los Estados Unidos para todo su “patio trasero” (léase, América Latina), que la Escuela de las Américas enseñaba como “combatir la subversión”, y, bueno también, lisa y llanamente, como torturar. Las víctimas en este caso fueron en su mayoría adolescentes y jóvenes con ideales. El robar, torturar, matar, violar y quedarse con bebés no fue casual, sino sistemático. Y con todo el aparato del estado a su favor. Por eso la importancia de esta fecha. Gracias al gobierno anterior, y que éste mantiene, son cuestiones que hoy hasta se incluyen en la currícula escolar.

Fue impresionante ver con la paz con la que tanta gente junta se congregó. No vi ni un policía. Tampoco vi ninguna disputa. Sí personas que no quieren que “nunca más” el aparato del estado se utilice en contra del mismo pueblo.

Claro que cada grupo con sus matices. Hubo columnas kirchneristas gigantescas, con Madres, Abuelas e Hijos y simpatizantes que bajaron primero por las diagonales y por la Avenida de Mayo que quedó quieta, sin fluir. Al punto que aliados políticos, como Nuevo Encuentro, si lograron bajar debe haber sido ¡después de cinco o seis horas de espera! Hasta tuve la impresión de que grandes cantidades de columnas de izquierda directamente se resignaron de llegar a la Plaza, dado que, por la gran multitud, su paso del Congreso hasta Lima les tomó tantas horas que me pareció que se desviaron hasta disolverse por la 9 de Julio. Hubo muchos, pero muchos, ciudadanos de a pie, sin pertenencia a ninguna agrupación que simplemente dieron su presente, por un “nunca más”, por “memoria, verdad y justicia”.

R.S.


9 de Julio y Avenida de Mayo a pleno. Y la Plaza ya llena.


La Plaza de Mayo que explota de gente.


Y más gente...


Gente por donde se mire.


No los han vencido.


No los han derrotado.


De Internet.

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