Facfolc: Malvinas como herida generacional

Las violencias que sufrieron “Los Chicos de la Guerra” dentro y fuera de las islas.
el

Pisar la tierra que ellos pisan. El público entra a la sala del primer piso en el Kowalski Club de Cultura de Almagro y casi que roza a los tres jóvenes de remera y calzones blancos. Uno se acomoda en la butaca y la voz distorsionada del general Galtieri presentando batalla (una que nunca peleó con su cuerpo) detona esta obra que narra la historia de un combatiente de Malvinas.

 

Son tres actores que a distintos tiempos toman la voz del protagonista. Lo interpretan en las trincheras con frío, haciendo flexiones ante un superior que lo maltrata, con las manos contra el paredón mientras un policía lo verduguea en pleno estado de sitio porteño, en la despedida con su madre el día que llegó el telegrama para ir a la guerra, en la juventud trunca por los horrores del terrorismo de Estado. Las voces y frases sueltas, con precisión, musicalidad y potencia narrativa, se entrelazan de a tres en un torbellino loopero de la memoria, una forma didáctica, con cuerpo y sin golpes bajos que pinta los riesgos de ser joven en aquellos años de plomo.

 

La obra refiere a la soledad, el frío, el miedo. También a la locura de convivir con sirenas, estruendos, metrallas, bombas que caen acá y allá. De cómo el puñado de días que se empezaron a contar el 2 de abril terminó de dejar heridas en una generación entera.

 

La obra con astucia y un montón de grandes recursos de flaskback va y viene sobre la vida cotidiana de esos jóvenes de 18 años que recibieron un telegrama para embarcarse en el Atlántico.

 

Facfolc cuenta también con momentos de calor de hogar. De amigos adolescentes que escuchan discos, que están con sus familias, que tienen embrollos de romance. Que son jóvenes pese a la dictadura, el estado de sitio y las razias.

 

Este contraste entre la deshumanización de una guerra y el intento juvenil de abrirse camino en aquel tiempo dan un sentido histórico a la obra que conecta a las nuevas generaciones con quienes hoy peinan canas y fueron protagonistas de lo narrado en esta pieza teatral.

 

La obra es extensa, cuenta con muchas historias mínimas que se mechan y son madera de un mismo árbol: la denuncia firme contra la violencia del Estado, ya sea en forma de cacería policial en plena Buenos Aires o ante la impericia de enviar jóvenes a una guerra sin medir consecuencias.

 

Cuando llega el telegrama a la casa del protagonista, la madre rompe en llanto y se abraza a sus rodillas, como para no dejarlo ir. En este gesto de tragedia clásica anida el principio del fin de la inocencia. El chico que se lleva “un bolsito” con algunos buzos y una bufanda llegará a las islas ya con las heridas generacionales al hombro, con amigos exiliados o desaparecidos, con el “no te metas” como manta del miedo. Como pocas veces se vio en el arte, esta obra teatral muestra cómo el terrorismo de Estado condenó a las trincheras (del pensamiento, de la libertad, de la plenitud) a esta camada mucho antes que pisaran las Malvinas.  

 

Ficha Técnica:

Dramaturgia: Fernando Locatelli

Actúan: Cristian Aguirre, Guido Díaz, Guillermo Mac Donell

Fotografía: Gustavo Marión

Entrenamiento corporal: Julie Cristal

de dirección: Ángeles Clavijo

Coreografía: Julie Cristal

Dirección: Fernando Locatelli

 

Kowalski Club De Cultura (Billinghurst 835)

Reservas: 2060-6493

Web: https://www.facebook.com/kowalskiclub/

Entrada: $ 180,00 / $ 120,00 - Sábado a las 22:30.

 

J.C.

 

Foto: Alternativa Teatral. 

Comentarios