Revista N°210

Derechos en la mira: 14 y 14 bis

Repasando la ley fundamental que organiza a nuestro país...

“Amores de estudiantes flores de un día son…” Parece que los conocimientos básicos adquiridos en los años de estudiantes fueron también flores de un día.
Con diversos nombres siempre se ha estudiado Instrucción Cívica, o Historia de la Instituciones. Todos salimos del secundario sabiendo que la Constitución Nacional existe y que es la Ley de Leyes y etcétera.
La convención de 1994 para la reforma fue ampliamente cubierta por los medios de entonces. Pero hoy parece que la constitución fuera una entelequia, un arcano lejano al dominio público. Lo cual es grave, porque justamente en ella, con el ordenamiento jurídico del Estado donde se encuentran especificados todos nuestros Derechos y garantías, lo que debemos hacer, y también lo que ningún gobierno puede quitarnos. A saber:

 

Art 14 y 14 bis
Artículo 14o.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, a saber: de trabajar y ejercer toda industria licita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.

Artículo 14o. bis.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que aseguraran al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozaran de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.

El Estado otorgara los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.

 

Todos y cada uno de estos derechos no fueron regalo de nadie, todos fueron conquistados por las luchas centenarias, siglos y sangre de muchos trabajadores de todo el mundo llevaron a esta serie de normas que hablan de un país justo, inclusivo y libre.
Porque aunque muchos no se detengan a pensarlo, el derecho a jubilarse no es algo que exista desde 1853, y que hasta no hace mucho, el patrón era quien fijaba unilateralmente los salarios y era dueño de tu tiempo, y de tu vida.
Hoy parece que los que nunca lucharon por un derecho, lo dan por sentado como una regla que viene desde el principio de los tiempos y que existe desde el principio de los tiempos. No es así. Siempre están al acecho aquellos que quieren arrebatarlos con su soberbia oligárquica, las mafias financieras y el cipayo de turno, siempre de derecha y siempre mentirosos.
Los derechos se conquistan y se defienden. El viejo concepto de solidaridad generacional está a la orden del día en momentos, como estos, donde vemos que está en riesgo es Estado de Derecho, que toda aquellas luchas heroicas y sangrientas de todos los hombres del mundo están siendo vulnerados por aquellos mismos que llegaron al poder por el voto soberano.
En estos épocas de meritocracia estos viejos saberes se disipan un poco, por eso es tiempo de mantenerse alerta y muy despiertos.

Y a propósito de despertares ¿Quién mató a Santiago Maldonado?



Viviana Campos
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