Revista N°212

“Hay mucho de mi Once natal”

Tamara Tenenbaum ganó un concurso nacional de cuentos

La periodista y editora presentó el libro “Nadie vive tan cerca de nadie”.


    El Ministerio de Cultura de la Nación organizó un concurso de cuentos para evocar el trigésimo aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges (junio de 1986). La convocatoria era para escritores nacidos tras el fallecimiento del literato, es decir, artistas sub 30. El libro de la periodista y editora Tamara Tenenbaum obtuvo el primer lugar por unanimidad del jurado, que estuvo integrado por Pedro Mairal, Felix Bruzzone, Pola Oloixarac y Selva Almada.
    “Cada cuento tiene su secreto empedernido, su forma del desasosiego. Voces encerradas en un pequeño laberinto de deseo: su mundo es todo lo que ven, y los contemplamos perderse en él, como insectos lamiendo vidrio. Cada uno es una especie de Asterión en su dominio, o Asterión jugando al dominó. Los personajes y las situaciones narrativas, un poco corridos, fuera de foco,  están muy bien construidos”, elogiaron Mairal, Bruzzone, Oloixarac y Almada.
    Tenenbaum, quien colabora con medios como La Nación, Infobae y La Agenda (portal periodístico del Gobierno porteño) contó l luego que los 200.000 caracteres del libro los hizo a último momento, pero que siempre supo “que quería escribir un libro sobre la soledad”: “Supongo que es algo muy de la época, la sensación de estar siempre rodeados de gente pero muy solos, cada uno en su baile, es algo que siempre sentí”.
     “Hay mucho de mi Once natal', agregó la autora ante Clarín. De niña, asistió a un colegio ortodoxo de Balvanera. Muchas de esas vivencias quedaron plasmadas en el poemario “Reconocimiento de terreno”, publicado el año pasado por Pánico el Pánico.
Sobre este libro, una reseña de Daniel Ginera ahonda: “Se filtran matices de la cultura judía desde la perspectiva de una chica porteña del barrio del Once”. Añade: “En los poemas habitan la madre y las hermanas, recuerdos de abuelas, la presencia de amigas de infancia y de la pareja. Quizás la figura más poderosa del libro sea la del padre, que murió en el atentado a la AMIA en 1994, cuando la autora tenía cinco años”.
    Tamara dijo: “La poesía, sentí, me permitió resolver esos dos problemas: explicar menos, dejar más lugar a la pregunta, y enrarecer el registro, sin quedar sólo en los datos biográficos. Finalmente creo que el libro es eso: algo que está en entre un poemario y una novela”.
     Sobre la escritura de lo personal, agrega: “Incluso la gente que escribe ficción, ficción en el sentido más puro, yo creo que nadie escribe desde un lugar metafísico que no tenga que ver con sus experiencias. La invención total de universos me parece genial y leo un montón en esa línea, pero no sé de dónde sacarlas yo. Y una cosa que me interesa es probar distintos procedimientos para trabajar con eso que es tan informe que es la experiencia, que rara vez se ordena de forma narrativa solita”.
    Tenenbaum junto a Marina Yuszczuk (poeta, autora de “Madre soltera”, editora en La Agenda), Emilia Erbetta (periodista, colaboradora en medios como Rolling Stone y La Agenda) fundaron el sello editorial Rosa Iceberg. Publicaron “Los Arreglos” de Marina Yuszczuk, “La chica del milagro” de Cecilia Fanti y “Un beso perdurable” de Gabriela Bejerman.
    En una charla con Valeria Tentoni para el blog de Eterna Cadencia la flamante ganadora del premio nacional expresó su sentir al iniciar este proyecto: “Estábamos muy furiosas. Sentíamos que a pesar de que cada vez hay más escritoras mujeres, igual seguía siendo difícil para una chica que alguien le leyera un manuscrito en una editorial. Especialmente para una chica que no fuera famosa. Nuestra sensación era que, si no sos famosa, es más fácil ser varón que ser mujer. Bueno, todavía es mi sensación”.
    “Es lo que dice María Moreno (quien el año pasado con su libro Black Out, que rememora el Abasto y el Once de antaño, ganó el  premio del jurado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires) sobre la escritura mujer. Que siempre era la excepción en un grupo de varones, y tenía que por eso adoptar un lugar medio varonero, había ciertos permisos y no permisos. Eso está empezando a dejar de pasar. Y también creo, si es que alguna vez alguna lo disfrutó, que ya nadie lo hace. Ya nadie disfruta de ser la excepción”. “De acá a un par de años, cuando ya tengamos un catálogo, a mí la idea de que un varón se cope con publicar en una editorial de mujeres me parece re linda también”, añade.
     “Pienso en Camila Fabbri, Agostina Luz Lopez, Romina Paula; cuando sale una chica que escribe bien, no pasa desapercibido en librerías. La excusa de que no se vende no existe. Se vende en los términos en que se venden los libros hoy, sí, hoy los libros tienen que competir con series, con música, otros consumos mucho más fáciles, perfecto. Pero dentro de lo que son los libros, los libros de chicas se venden. A mí eso me parece re esperanzador, y significa que la industria es más conservadora que los lectores”, concluye.

J.M.C.

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