Recorte a la prensa libre

Si hay una prensa que cuenta con publicidad oficial y no necesita ser condescendiente con el gobierno de turno, es la barrial, cuya pauta la recibe por ley. Ahora el gobierno porteño de Rodríguez Larreta pretende reducir ilegalmente el 17% esos valores
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 La función del periodismo barrial es llegar desde cerca, desde donde otros no acceden, eso da una mirada intimista, de al lado del vecino y muchas veces ayuda presionando para que se solucionen cuestiones de los barrios y o la ciudad. Es un periodismo que refleja las actividades barriales, hechos de interés vecinal, inquietudes, así como la vida cultural en todo su ámbito aportando así a la construcción de un patrimonio que genera identidad. Y un principio es que llegue de modo gratuito al vecino que le interese buscarlo.

 

La ley de acceso a la publicidad oficial 2587 data del 2007 y su antecesor fue la ordenanza 52.360 de 1998 que recién comenzó a funcionar a fines del 2002 permitiendo a los medios vecinales acceder a la publicidad oficial sin necesidad de caerle bien al funcionario de turno.

 

La prensa vecinal en el Registro porteño cuenta con varios soportes: gráfico (periódicos y revistas), digital (portales de noticias) y radial (radios, programas radiales y radio por internet). Para acceder al Registro los editores deben presentarse anualmente al Registro y cumplir con determinadas cuestiones objetivas relacionadas al formato, la tirada, la producción propia, la cantidad de publicidad, antigüedad, etcétera.

 

La ley paga porcentualmente en relación al precio de la página siete de lunes a viernes del diario de mayor circulación de la ciudad (léase Clarín). Este año al subsecretario de Comunicación Social, Máximo Merchensky, se le ocurrió que un acto administrativo podía pasar por encima de una ley y así pagar menos a los medios siguiendo con la metodología actual de transferir recursos de los que menos tienen a los que más tienen. En lugar de tomar la tarifa publicada meten el factor de precio por compulsa que corresponde a otro tipo de prensa. A todo esto cabe agregar que la torta publicitaria se ha ido ampliando de manera desorbitante no solamente repartiendo a los multimedios que sostienen el discurso del gobierno actual sino también a sitios como Facebook, Google y Youtube.

 

El porcentaje que va a los medios del Registro es apenas un ­­­­­3,5% del presupuesto oficial en publicidad que en la realidad todos los años prácticamente se duplica (quedando ese gasto en más o menos 1,7 o 1,8%). Para hacerse una idea el Grupo Clarín cobró tres veces más que este paquete de 250 medios sólo en los primeros seis meses del 2016.

 

El Registro tiene antecedentes de lucha, de hecho cuando asumió el macrismo el gobierno de la Ciudad echó si explicación a una quincena de medios que amparo mediante volvieron a formar parte. Para ese momento habían pretendido hacer valer un instructivo donde se ponían a estudiar lo subjetivo de cada medio, en otras palabras: censura solapada. Uno de los medios que quedaron fuera fue la revista El Abasto que al año siguiente salió ganadora de un concurso que se realiza desde el mismo Registro. En esos momentos hubo unión gremial y no solamente se reincorporaron los medios injustamente expulsados, sino también se logró, luego de lograr sacar a la entonces coordinadora del Registro por un caso de corrupción, una excelente relación con la gestión. Al punto que se agilizaron los pagos dejando atrás las grises épocas de la gestión Telerman que estuvo diez meses sin pagar.

 

Tan bien venía la cosa que el último diciembre, por iniciativa de la presidenta de la Comisión de Comunicación Social de la Legislatura, Cristina García de Aurteneche (PRO), se sancionó la ley que fija al 6 de diciembre como “Día de los Medios Vecinales de Comunicación Social”, fecha que conmemora la sanción, hace 10 años, de la ley 2587. En sus fundamentos la legisladora destacó la importancia de fomentar y promover las actividades de los medios vecinales, “así como su rol social, cultural y político, cuestiones tan fundamentales para todos los ciudadanos porteños”.

 

En este momento que nos tomó en medio del verano, la unión del Registro, más allá de las diferentes agrupaciones que aglutinan a los medios, se ha puesto en marcha y nuestros barrios han sido sede de varios encuentros: FM LA Tribu (Lambaré y Sarmiento), Café Margot (Boedo y el pasaje San Ignacio), La Casona de Colombres (Colombres casi Independencia) así como ha habido asambleas por otros barrios porteños. En principio, más allá del diálogo con el funcionario de turno se ha definido ir con dos recursos legales, dos amparos.

 

Esperemos que la gestión comprenda que no se puede tapar el cielo con la mano, que hay cuestiones que son parte íntegra del periodismo que es analizar y criticar al gobierno de turno. No necesariamente con mala fe, es parte del rol del periodismo, aunque hoy los medios de desinformación masiva estén poniendo a mercenarios para dar la palabra que caiga bien al que pone dinero. Por esta razón es que nos atrevemos a decir que el periodismo vecinal es una prensa honesta, sin mordaza, digna de la democracia, defensora de las palabras que muchas veces sino no son oídas.

 

 R.S.

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