Ricardo Alfonsín en el país del nomeacuerdo

Viviana & José analizan minuciosamente el spot de campaña de Ricardo Luis Alfonsín revelando la ideología que realmente transmite este camaleónico candidato.
el

En el país de Nomeacuerdo
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para aquí,
no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá,
¡Hay que miedo que me da!
Un pasito para atrás,
y no doy ninguno mas.
Porque ya, ya me olvidé
donde puse el otro pie.

María Elena Walsh

 

Sapo de otro pozo

Absolutamente austera, casi puritana, aparece la imagen de Ricardo Alfonsín. Camisa blanca estándar  -como propone el manual de todo asesor de imagen-, primer botón de la camisa, desprendido. Corbata roja a rayas con el nudo levemente flojo, las mangas arremangadas arriba de los codos. No lleva reloj. Habla usando palabras que remiten al sentido común. Pero son verdaderas categorías ideológicas que remiten a modelos específicos de sociedad. Dice “países ordenados” con total naturalidad, dice “país moderno” con absoluto candor. Claro, nadie tiene por qué saber que así habla (y piensa) todo el arco de la derecha liberal. Ricardo López Murphi, Martín Redrado, Julio Cleto Cobos, Mauricio Macri, Mariano Grondona, Marcos Aguinis, Mario LLambías, Eduardo Duhalde entre otros. Quien así habla, se nutre de Karl Popper y FriedrichHayek. Quién así piensa, coincide con Mario Vargas Llosa, Alvaro Uribe o Sebastián Piñera. Quién así razona, comparte el ideario de diversos Think Tanks. Ellos, siempre hablan de libertad… de mercado. Dividen al mundo en países ordenados o desordenados (en crisis), en países modernos o populistas (dictaduras). Siempre tienen la mirada en otro lado… nunca aquí. Siempre hay otro país al que debemos imitar. Quizás sea por eso, que al comienzo de su lamentable spot, aparezca la imagen de la “Torre de Los Ingleses”. Monumento que la Corona Británica nos regaló cuando la oligarquía festejaba matando obreros el primer centenario. Tan abstinente es dicho spot, que en ningún momento se muestra la bandera argentina. Ricardo casi casi, no es de estos pagos. Sapo de otro pozo, ni radical ni nada. No miente, él es así.

 

Discurso de Ricardo Luis Alfonsín en el spot de campaña 2011

“Hola, soy Ricardo Alfonsín y quiero contarles por qué quiero ser Presidente de los argentinos. Por mi actividad he tenido oportunidad de viajar a Chile, a Brasil, a Uruguay. He visto países seguros, países ordenados. Y me pregunto y le pregunto a ustedes ¿por qué no podemos hacer nosotros lo mismo? Argentina tiene todo para salir adelante. Argentina tiene todo para ser el país que debería ser. Un país moderno en  el que crezca la economía pero no la pobreza. Un país en el que se fomente el respeto, no la intolerancia ni la violencia. Que no confunda el orden con represión. Un país en el que la seguridad, la educación, el trabajo, sean un derecho y no un privilegio. Ese país es posible. Dejame llevarte hacia él. Porque ese país es el que merecemos” (sic)

 

A nosotros no nos llevan a ningún lado

El análisis de este spot publicitario, para ser integral, merece sumar a lo dicho las imágenes que acompañan a cada palabra. Es decir, con qué representaciones se acompañan las significaciones que pretende transmitir. Y aquí es donde la cuestión se pone espesa.

De un spot livianito, luminoso y fugaz, se desprenden ideas densas, oscuras e indelebles a las cuales es menester dedicarles estas páginas.

- “Hola, soy Ricardo Alfonsín y quiero contarles por qué quiero ser Presidente de los argentinos. Por mi actividad he tenido oportunidad de viajar a Chile, a Brasil, a Uruguay”Cuando se observa el video, soportando a cada nombre de los países vecinos, aparecen las siguientes imágenes: cuando nombra a Chile, se ve nuestro Aconcagua; cuando nombre a Brasil, se ven nuestras Cataratas; cuando se nombra a Uruguay, se ve nuestro Río de la Plata. También lo evidente en este párrafo del spot, es la negación de otros países como Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela… por ejemplo. Y es significativo por lo siguiente. Acto seguido que nombra los tres primeros países dice:

- “He visto países seguros, países ordenados. Y me pregunto y le pregunto a ustedes ¿por qué no podemos hacer nosotros lo mismo?” Vamos por partes: sabemos las diferencias sustanciales que hay entre los países mencionados por Ricardo Luis Alfonsín respecto de Argentina. Por ejemplo, simple y sencillamente Chile es un país unitario, el nuestro es federal. Chile no tiene educación pública, Chile criminaliza la protesta social, Chile tiene una fuerte impronta donde el orden está ligado a la represión. Respecto del Brasil, es un país que porta el dolor y la condena de las favelas y todo lo que implica la vida en esa marginalidad extrema. Además de una gigantesca geografía que arrincona a cualquier presidente, ya que contemplar la amplitud de ese país y las necesidades tan disímiles es un dato digno de ser considerado en el modo de llevar adelante una gestión de gobierno. Y por último, respecto de Uruguay, la penosa derrota que tuvo respecto de los juicios de lesa humanidad, la amnistía, el borrón y cuenta nueva que llevó a los ciudadanos a seguir caminando entre los genocidas, amén de ser un país cuya superficie y cantidad de habitantes es bastante menor al área metropolitana de Buenos Aires, son hechos que dan cuenta – a ojo de buen cubero –  por qué no podemos nosotros hacer (o ser) lo mismo. Pero lo invitamos a seguir leyendo. Ahora se viene lo mejorcito.

- “Argentina tiene todo para salir adelante. Argentina tiene todo para ser el país que debería ser.”Aquí se produce un compilado de imágenes digno de prestarle atención. “Argentina tiene todo para salir adelante” muestra una Buenos Aires europeizada, nocturna, vivaz, lujosa, encantadora. Una Buenos Aires que muestra en un primerísimo plano la Torre de los Ingleses como una astilla en la mente de aquello que no debemos olvidar: a quienes debemos responder. Postal para propios y extraños donde da crédito a la frase que nos advierte acerca de quedar encandilados por las luces de la ciudad. “Argentina tiene todo para ser el país que debería ser”, sigue diciendo Ricardo Luis Alfonsín y aquí comienzan otros enlaces más sutiles y riesgosos: a esta frase la acompañan imágenes de niños y niñas corriendo por un jardín cuidadosamente parquizado cuyo fondo muestra una edificación suntuosa. Por supuesto, al costado de los chiquilines que corren alegremente, se ve una enorme reja que separa el adentro (lo que debería ser) del afuera (lo que es). Y por último, como remate fatal, cuando la voz de Ricardo Luis emite las palabras “debería ser” justo allí emerge el rostro de un bebé bellísimo, blanquísimo, con unos ojos azules enormes… como el país que él sostiene en su fantasía que debería ser. Prosigamos que hay más.

- “Un país moderno en  el que crezca la economía pero no la pobreza.”En estos segundos del spot, es donde se trabaja hondamente para afianzar dos significantes muy poderosos. Que RL quiera un país moderno y no registre la existencia de  Tecnópolis, la repatriación de científicos argentinos, el lanzamiento del satélite Aquarius, el cohete Gradicon II, nos parecía un análisis demasiado obvio, así que pretendimos dar un giro más. A saber: la frase “un país moderno en el que crezca la economía” es acompañada por la imagen de un conteiner que está siendo subido por una grúa en el puerto donde hay otros muchos containers que dicen CHINA (así de grandote). Y cuando dice “pero no la pobreza”… ahí sí la cuestión se pone fea. La imagen que acompaña a esa frase es ¡una murga cantando! Es decir, pobreza, murga, cultura popular, cabecitas negras y así las asociaciones que se le ocurra, es lo mismo. En Ricardo Alfonsín, que no deba crecer la pobreza  quiere decir lisa y llanamente que no debe crecer lo popular. Si todavía no sintió arcadas, soporte un poquito más. Ya casi casi terminamos.  

- “Un país en el que se fomente el respeto, no la intolerancia ni la violencia.”¿A que no adivina qué imagen acompaña este anhelo de Ricardo? Una pareja besándose. ¡Eso estuvo bueno!. Pero, mirando y mirando, dijimos, va a haber muchos besos. Muchas clases de besos, besos de todos los colores, besos de todos los sabores. Besos apasionados, besos robados, besos cómplices, besos con espejitos de colores, besos alborotados, besos igualitarios… Pero no, la cámara mostraba a una bonitísima muchacha y un joven bien parecido ensayando para la foto un beso tímido.

- “Que no confunda el orden con represión.”Ah sí, esta fue la frase más controvertida. Porque mientras la voz del candidato emitía fonema por fonema, aparecía fugaz y misteriosa la luz del sol asomando en el horizonte y muy pero muy sobre el borde de la pantalla, se adivinaban unas espiguitas de trigo mecidas por el viento. ¿Habría sido una alusión a que ellos garantizan que van a tratar bien al campo? ¿Quiso decir que en el campo va a haber orden pero no va a haber represión (léase leyes que promuevan la distribución de la riqueza)? ¿O lo de las espiguitas de trigo mecidas por el viento y el sol que asoma al final del horizonte es una alegoría de la grandeza de la patria agroexportadora? Mmmmm, no sé, no sé…

- “Un país en el que la seguridad, la educación, el trabajo, sean un derecho y no un privilegio.”En esta parte del anuncio, vemos imágenes que muestran nuevamente una pareja heterosexual caminando de noche quizás mirando vidrieras, pero no hay referencias de lugares reales, son calles sin tránsito, sin indicadores, diríamos que podrían pertenecer tanto a un pueblito como a una gran ciudad. No hay huellas subjetivas ni históricas de la actividad que realizan. Cuando emite la palabra educación, aparecen una niña y un niño mirando a la cámara. De igual modo que en el cuadro anterior, no hay rastros históricos y sociales del hecho. No tienen guardapolvos, no hay escuelas dentro del cuadro que toma la lente, no hay otros niños, no hay cuadernos, pizarrones, sólo niños mirando. Y cuando habla de trabajo aparecen dos imágenes significativas: una es un hombre joven con anteojos (el plano sólo toma desde la nariz hasta el cabello). No da señales si es un científico, un intelectual, un empresario, un administrativo o un simple miope más que intenta leer algo en un papel. La segunda imagen referida al trabajo es la sombra de un hombre cuyo contorno muestra un casco por lo que se supone podría ser un obrero de la construcción, pero también un obrero de la siderurgia porque se observan barras de hierro como si sostuvieran una construcción. Este señalamiento está dirigido a que podamos observar cómo es posible borrar las marcas subjetivas, históricas y sociales. De ese modo es posible construir una sociedad ficticia. Lo grave de este asunto es que este discurso no ancla en ningún metarrelato, es decir, no hace cadena que es lo que permite enlazar pasado, presente y futuro. Entonces, dicho así, ni las políticas públicas que se vienen realizando para encuadrar a los trabajadores y tenerlos en blanco, ni la asignación universal por hijo, ni las jubilaciones para las amas de casa, nada de ello está registrado como un derecho en esta frase. Por el contrario, se encuadra a estas cuestiones (subliminalmente, claro está) en la categoría de privilegios.

- Por último, el candidato Ricardo Luis dice “Ese país es posible. Dejame llevarte hacia él. Porque ese país es el que merecemos.” Y aquí, concluimos. Porque la verdad sea dicha, nosotros preferimos este país. Un país donde no están prohibidos los besos multicolores, donde nuestra tierra reconquistada se llena día a día de nuevos argentinitos bullangueros, inteligentes y preguntones. Así que, vaya sólo a ese país Ricardo Alfonsín. Nosotros, como Copani, somos parte de aquellos que creen que

Hay gente que hoy marcharía,
porque en verdad se ha creído
que mucha plata tendría
allá en Estados Unidos.
Pero hay otros que se juegan
y ningún sueño dan por perdido...
y nunca jamás reniegan
de los lugares donde han crecido.

 

 

Viviana Demaría y José Figueroa

Comentarios