Los tarifazos
El alerta
por la devaluación a la que se
le sumaron las abruptas quitas de los
subsidios está poniendo a la comunidad
civil en estado de alerta. El estallido
se siente en puerta. ¿Vendrá
una gota que rebalse el vaso?
Un artículo
en el diario Página/12 de Javier
Lewkowicz, titulado “Los topes que
puso Macri son una burla”, comenta
de una reunión que se hizo en el
Hotel Bauen donde dirigentes de pymes,
cooperativistas, clubes y centros culturales
debatieron sobre cómo encarar las
fuertísimas subas a los servicios
públicos que hasta que asumió
Cambiemos estuvieron subsidiados por el
estado. “El diagnóstico es
compartido, a pesar de que la boleta aumente
«sólo» un 500%, el
cambio tarifario abrupto en un contexto
de desplome de las ventas, apertura de
importaciones y aumento de otros costos
por la megadevaluación deja a miles
de puestos de trabajo en la cuerda floja.”
Infobae no se
quedó atrás, aunque la óptica
sea otra el problema se presenta en una
nota titulada “Los aumentos de agua
empezaron a llegar y los reclamos siguen
sin respuesta” trabajan la temática
con foco en las empresas públicas
del agua (en la ciudad AYSA) donde los
aumentos han sido esperpénticos
y encima sin justificaciones coherentes
porque a los usuarios, por lo general,
no les han colocado medidores.
En nuestra redacción
Aysa nos aumentó de 300 a $1320.
Mientras hay hogares que pagaron $150
de gas el mes pasado y recibieron $2850
en la última factura. El despropósito
es tan brutal que está afectando
seriamente la salud de mucha gente vía,
como decía el General, el “órgano
más sensible de los argentinos”.
Si uno suma todos
los aumentos de servicios básicos
(gas, luz, agua), el transporte (público
o combustibles), todo lo importado, más
los alimentos y luego le resta todas las
bajas en los ingresos –así
te hayan bajado el sueldo, como en Cresta
Roja o McDonald, echado como a 250.000
personas o tengas un emprendimiento cuya
entrada comienza a mermar- las consecuencia
son nefastas y sino directamente excluyentes.
El achique y el
enfriamiento de la economía hace
que cada vez más comerciantes bajen
las persianas. Estamos inmersos en un
espiral de desempoderamiento y empobrecimiento
brutal.
Cambiemos… Y seguro
que cambiamos. El tema es si es para mejor
o si solamente se benefició la
banda de CEOs que prácticamente
duplicaron sus dividendos en los paraísos
fiscales gracias a su política
económica. Pero ¿el vecino?
Bien, gracias...
Y la muestra de que
la llama está a punto de estallar
va desde el aumento de poderes que el
presidente le dio a los militares, como
para tenerlos de aliados, hasta el no
uso del sistema antipiquetes. Dado que
casi a diario hay una manifestación
de protesta y saben que si llegaran a
reprimir se le puede venir un malón
como en el 2001 exigiéndoles ¡que
se vayan todos!
Le pregunta del momento
es: ¿qué encenderá
esta vez la llama? ¿Cuál
será la gota que rebalse el vaso?
Rafael
Sabini
[email protected]