Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR

 

             

 

 

PRINCIPAL
CARTELERA
NÚMEROS ANTERIORES
ÚLTIMO NÚMERO
NOTAS ANTERIORES
EQUIPO
SITIOS VINCULADOS
BS AS SATELITAL
BUSCAR
TU BLOG

 

 

 

   

 

 

El "paco", pasta base de cocaína, está copando el sector más pobre y es una muestra más de que no estamos haciendo las cosas bien.

La clase “paco”

El “mono” o “marciano”, más popularmente conocido como “paco” es la pasta base de cocaína. Cuenta con los residuos que se alojan en los recipientes usados para la elaboración de la cocaína más algunos compuestos ácidos y desperdicios como vidrio y todo tipo de solventes. Hoy está copando el sector más pobre del conurbano y es una muestra mas de que no estamos haciendo las cosas bien.


Imagen: www.kittyville.com

En el ocaso del día la calle Dorrego de este pequeño barrio bonaerense se transforma. Es un suburbio humilde con las características de muchos distritos del conurbano. Cuando el sol se esconde los escasos comercios bajan sus persianas, los niños dejan la vereda y las señoras cierran las puertas con llave. No es para menos, la seguridad no es una característica de la zona.
Por las angostas calles de tierra se mezclan aquellos afortunados que regresan de sus trabajos con la mayoría desocupada que, ya dueña de los pasillos, se reúne a formar parte de habituales rituales de charlas y rondas de amigos.
Ya hace un tiempo que a las populares adicciones se sumó la pasta base de cocaína (PBC) conocida mas comúnmente como “paco”.
     Julia cuenta que esta droga está destruyendo al barrio desde hace ya unos años. No es para menos, el “paco” se produce con pasta base de cocaína, harina, kerosene y vidrio, ésta y otras fórmulas similares se consume de forma muy sencilla: “se pone arriba de un papel, se calienta y después se inhala o si no muchos directamente la fuman” explica la madre de un ex adicto.
     Pero “La Dorrego” no es sólo concurrida por quienes consumen, muchos son también los que distribuyen y venden. A solo 1 peso el gramo, a esta droga sumamente económica, se la conoce como “la droga de los pobres” y como tal, es muchísimo mas nociva y adictiva que tantas otras drogas del mercado.
De efectos letales, el “mono” como se la llama en la jerga de barrio, es al menos 10 veces más perjudicial que la clásica cocaína y los efectos están a la vista de cualquiera que recorra sus plazas de consumo.
     Darío, adicto al “paco”, resume esta realidad: “la falta de laburo llevó a que muchos comiencen a vender la droga para poder comer y quienes no tienen plata pueden comprarla por poco dinero”. Ése es el escenario donde opera el PBC, una población escasa en recursos y desesperada se lanza a vender una droga tan económica como mortal. Aquí se enfrentan quienes “de algo tienen que vivir” con aquellos que “de algo tienen que morir”.
     Desde SEDRONAR repiten que éste es un verdadero fenómeno de los últimos cinco años que afecta principalmente a los pobres porque el valor económico es mínimo.
     Julia sabe mejor que nadie las consecuencias de este problema, su hijo es una víctima mortal del “paco”. Ella dice que su hijo cambió completamente cuando se volvió adicto, que perdió el carácter alegre con el que contaba y que se tornó violento y dejo de comer hasta el punto de bajar más de 15 kilos. “Fue una muerte lenta y con un profundo sufrimiento” cuenta Julia y agrega: “aquellos que le ofrecían la droga todavía se la siguen vendiendo a otros chicos del barrio, esto no va a parar hasta matarlos a todos”.
     Los especialistas también concuerdan que el deterioro es lento pero sostenido y que la depresión posterior al consumo es la clave de la necesidad urgente que produce que muchos consuman entre 10 y 15 dosis diarias.
     El hijo de Julia pasó sus últimos meses robando para poder comprar todas las dosis que su cuerpo pudiera aguantar. Julia siente que no supo como contenerlo, no pudo hacer nada ni ayudar-lo. La transformación se fue dando tan lentamente que tardó en notar que su hijo corría graves problemas de salud. Cuando quiso intervenir era tarde: “él ya no vivía con nosotros, solo venía a casa para robar y poder comprar más droga”.
     Irónicamente fue el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, quien declaró el año pasado ante el diario Clarín que “el conurbano está perforado por la droga, y el estado es cómplice, hipócrita o estúpido si se sabe que en la esquina hay un dealer y no interviene. Los chicos deben tomar conciencia de este flagelo, porque el que consume no tendrá las mismas oportunidades, ni siquiera físicas, que el que jamás consumió”.
     A pocos kilómetros de la capital federal, el barrio tiene calles de tierra, no cuenta en su totalidad ni con electricidad ni con agua corriente. La mayoría de los vecinos son desocupados y el pequeño grupo de trabajadores son cartoneros y a pesar de que tiene un alto índice de delincuencia, la policía casi no patrulla la zona. Podría uno preguntarse dónde sino en este lugar puede ingresar mejor que en ningún otro lado una droga que tiene como principales clientes aquellos que no cuentan con nada y donde la sociedad no va a posar sus ojos si el consumo termina matándolos.
     En un país donde las oportunidades no son las mismas para todos y donde quienes tienen que desarrollar políticas no intervienen para producir un cambio, se crea un campo más que óptimo para la penetración de ésta y tantas otras drogas. Los chicos ricos consumen éxtasis en grandes fiestas de la costanera con algún DJ de moda, los jóvenes pobres tienen que conformarse con los residuos de la pasta base en las calles de tierra. También para el consumo de drogas existe una brecha social cada vez más grande, una droga para cada bolsillo y esto también es parte de la sociedad de consumo.

Javier Carri
[email protected]

 

Revista El Abasto, n° 76, mayo 2006.

 

 



 

 


 
Mercado de Abasto Proveedor
Barrio de tango
Carlos Gardel desde el Abasto
Luca Prodan, el pelado del Abasto
II Concurso Literario, Pecados Capitales

 

 

Ó Copyright 2005 www.elabastoweb.com.ar - Todos los derechos reservados.