Hace miles de años, antes de la escritura, sabían que el peor enemigo puede ser uno mismo. “Ni tus peores enemigos pueden hacerte daño como tus propios pensamientos” dijo Gautama Buda. Y Cicerón, en la misma línea, sostuvo: “El hombre no tiene enemigo peor que el mismo”. Bueno, el yoga propone un remedio para ese mal. Para lograr ‘amarse a sí mismo, como a tu prójimo’ podríamos decir parafraseando a Jesús.
Yoga es un vocablo en sánscrito que significa atalajar, unir. El yoga tiene entonces como intención que todo nuestro ser, con sus cinco koshas (envolturas) * apunten en una misma dirección, vayan tras un mismo objetivo.
Cinco métodos clásicos
En principio hay cinco métodos clásicos puros en de Yoga, que son como sendas diferentes que buscan llegar a la misma cima. El más difundido (en India) es la senda del Bhakti donde el yogui entrega devocionalmente su corazón y acompaña utilizando altares, flores, sahumerios y mantras. El Gñana es el del conocimiento que requiere de un gran trabajo de meditación y ensimismamiento para adentrarse en lo más profundo del ser. En el camino del Karma Yoga el practicante se enfoca en sus acciones sin esperar nada a cambio, basándose en la ley causa y efecto. El Ashtanga o Raja (no confundir con la práctica de Ashtanga Vinyaza) busca el control mental absoluto enfocándose sobre la propia mente para trascenderla, basándose en los ocho pasos de Patánjali en el camino hacia la iluminación: 1. Yamas (advertencias) y 2. Niyamas (observancias). 3. Dhyanasana (posturas de meditación). 4. Pranayama (control consciente de la energía vital). 5. Pratyahara (absorción de los sentidos). 6. Dharana (concentración). 7. Dhyana (meditación). 8. Samadhi (éxtasis). Hatha Yoga es el de la fuerza de voluntad, desde lo corporal y bioenergético hacia lo más sutil, según ciertas lecturas se enfoca principalmente en dos pasos del Raja Yoga (Asanas y Pranayama). La realidad es que como todo método siempre hay mixturas, corrientes diferentes, cruzadas, superpuestas, combinaciones diferentes. **
Ayur Yoga
El Ayur Yoga Vital no es un método sino un sistema abierto. Bajo el linaje de los Natha Siddhas está encabezada en este país por el maestro Dev Hansa Natha, Jorge Bidondo. Una clase habitual desde afuera puede asemejarse a la de Hatha Yoga: incluye sintonía, kriyas que son movimientos repetitivos para calentar y limpiar, namaskares (combinaciones preestablecidas), asanas (posturas) y suele cerrarse con una relajación. Puede también incluir algún ejercicio de concentración, yoga nidra (relajación guiadada en estado de entresueño cuya intención es limpiar el inconsciente), kala o karama (que son movimientos fluidos con intención de soltar el cuerpo y la mente para limpiar el inconsciente) o alguna meditación.
Con enfoque en la salud (ayur significa vida) la clase se imparte con un objetivo psicofísico puntual y se estructura, para un grupo, armónicamente desde ahí. Al pasar por un asana el practicante (más avanzado) irá sumando mudras (gestos), mantras (entonaciones y/o afirmaciones), además de pranayama (direccionamiento de la energía vital, el prana) con sus respectivos bhandas (cierres energéticos), y posible tratak (punto de concentración de la mirada) lo que multiplicará el efecto para cumplir con el objetivo prefijado.
De la búsqueda de la iluminación al salón
En tiempos remotos las prácticas de Yoga eran individuales, con supervisión personalizada de un maestro que daba los ejercicios puntuales que ese ser necesitaba y seguramente en más de un caso, se desarrollaba en una cueva o en algún lugar de la naturaleza. Hoy en día vivimos con cierto confort y además se popularizó el sistema de clases grupales (salvo que el alumno prefiera amortizar clases individuales) y no sería brutal la comparación con una terapia psicológica personal comparada con una grupal. Así es que hoy, ya comprobados los beneficios de la práctica del Yoga físico es que en todo el mundo se ha implementado el sistema de clases grupales en un salón equipado. Tal clase permite a su vez brindar un cierto retorno a quien imparte la actividad, profesionalizando la tarea. Al estar ante un grupo el docente tiene cierta cintura para ir adaptando mínimamente las posturas para beneficio particular de cada alumno.
El desafío de la aislación
El desafío de una clase a distancia es una situación difícil en el que nos sitúa esta pandemia, que para los que no somos demasiado amantes de la tecnología y encima convencidos de lo insuperable del trato humano (o en el caso de la lectura, del papel) debemos obligarnos a salir de nuestra “zona de confort”. Desde Razendo nos resistimos todo un mes, pero finalmente aceptamos que las clases deben seguir para los alumnos aunque sean a distancia.
Múltiples beneficios
Los beneficios de la práctica de Yoga son -además de los generados por la gimnasia, calistenia u otros ejercicios, que aportan a una mejor circulación en todos nuestros sistemas, quemar grasa, mejorando el tono, la resistencia, el aguante muscular y de las articulaciones- también mejora la flexibilidad y la fuerza, la estabilidad emocional, estimula la función de los órganos internos y desintoxica el organismo, mejora la función glandular y equilibra todo el sistema hormonal, reduce el estrés y la ansiedad, nos da un descanso a nuestra mente, aumentando la capacidad de concentración y ayudará a concientizar sobre nuestro cuerpo y el bienestar en cuanto a nuestra salud en general.
Como consecuencia de la práctica iremos tomando consciencia de que nuestro ser no siempre va en su totalidad hacia el mismo objetivo y buscaremos que el cuerpo y la mente acompañen las directrices del ser interno. El docente ayuda como suplente en ese proceso, sin embargo, el objetivo de todo yogui es convertirse en su propio maestro por lo que la autodisciplina desplegada mediante una rutina (sadhana) diaria se irá gestando. Aprenderá métodos de higiene, no solo de nariz (jala neti) sino también de cuidar su boca en cuanto a lo que sale en forma de palabras hirientes.
Así que, poco a poco, y cada cual a su tiempo irá entendiendo, aceptando e internalizando los preceptos que mencionamos para el Raja Yoga. Las advertencias (yama): evitar dañar (ahimsa) que no se simplifica solamente en no golpear gente sino también en cuidar lo que uno dice así como lo que uno come; ir siempre con la verdad (satya); sin robar (asteya); no abusar de la actividad sexual (brahmacharya) y buscar no apegarse (aparigraha) tanto material como afectivamente comprendiendo la ley de la impermanencia. A su vez buscará estimular los niyamas: pureza (shaucha), el contento (santosha), perseverancia y sacrificio (tapas), estudiar textos sagrados (svadhyaya) y consagrase como ser divino (isvara pranidhana).
¡Un mundo interno para explorar!
R.S.
*Annamaya kosha: el cuerpo físico. Pranamaya kosha: envoltura vital o de la energía. Manomaya kosha: envoltura mental. Vijnanamaya kosha: envoltura intelectual o intuitivo. Anandamaya kosha: envoltura de la dicha.
** Nos atreveríamos a sostener que el Vipassana es un tipo de Raja Yoga (en lengua pali en lugar del sánscrito) donde, por cuestiones del método de enseñanza (internado de diez días) no se enfoca para nada en el cuerpo para adentrarse intensamente en el trabajo mental pero sin descuidar la base de los preceptos (acá Sila).
Ashtanga Vinyaza Yoga
El Ashtanga Vinyasa Yoga es un estilo de yoga fluido y dinámico, en el que las posturas (asanas) se enlazan unas con otras a través de diversos movimientos conformando las vinyasas. Todo se hace con una respiración sincronizada y mudra (gesto) de ojos. Las vinyasas que constituyen el Ashtanga Vinyaza Yoga se agrupan en tres series, de más fácil a más avanzada.
Este estilo de yoga -popularizado el siglo pasado por Sri Pattabhi Jois, quien lo había aprendido de su maestro T. Krishnamacharya- tiene algunas características particulares que lo definen y lo diferencian de otros estilos. Estas son las más importantes:
Como suele ser en yoga en general acá también la respiración es esencial, sincronizada con el movimiento. Se utiliza mucho el ujjayi que es un tipo de respiración con enfoque intercostal y torácica donde se cierra ligeramente la glotis (lo que produce un sonido). Se usan bandhas (sello o bloqueo), que consiste en la contracción de determinados puntos del cuerpo para direccionar el prana y también proporcionar mayor firmeza muscular y proteger las articulaciones. Lo más específico pensamos que es el drishti, la mirada, que son los puntos de observación a los que se lleva la atención en cada asana para ayudar en la concentración, con la finalidad de conducir la mirada hacia el interior.
Las clases para principiantes se suelen dar de modo tradicional, mientras para avanzados suele ser un trabajo personal donde cada cual va a su propio ritmo y el docente pasa para dar correcciones y observaciones.