Este lunes se reunió la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, presidida por la legisladora Victoria Montenegro (Frente de Todos). Se debatió un proyecto presentado por el Movimiento Cromañón para expropiar y construir un Espacio de Memoria en el inmueble de Mitre 3060, donde se produjo el incendio del 30 de diciembre de 2004 y por el cual murieron 194 personas y hubo cientos de heridos.
.Silvia Bignami y otros integrantes del Movimiento Cromañón expusieron sobre el proyecto de expropiación, el cual fue presentado en varias oportunidades años anteriores.
El proyecto que se debatió este lunes es el Expediente 960-P-2021, presentado por el Movimiento Cromañón de forma particular. El primer artículo señala: “- Declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación, en los términos de la ley nº 238, el inmueble sito en Bartolomé Mitre 3060 entre Ecuador y Jean Jaures de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El segundo: “La edificación existente en el inmueble expropiado deberá resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica colectiva de la Ciudad”. El siguiente: “El inmueble citado, denominado comercialmente “República de Cromañón”, la calle aledaña y el “Santuario” componen una unidad de sentido en relación al respeto y la conservación de la memoria colectiva, por tanto deberán ser protegidos integralmente por el estado”.
“Corresponde al estado la concreción de la expropiación así como la determinación de la partida presupuestaria para su restauración y mantenimiento; la administración del lugar estará a cargo de familiares y sobrevivientes de Cromañón con independencia del estado”, señala el cuarto artículo.
En la fundamentación del proyecto, se señala: “La creación de un espacio integral para la memoria, significaría para sobrevivientes y familiares, una instancia reparatoria; pero a la vez afecta al conjunto del pueblo de la ciudad y el país, toda vez que Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la corrupción política y administrativa durante el período democrático. Se trata de un espacio para que las futuras generaciones puedan recordar lo que nunca más debería ocurrir”.
Sobre el incendio en el local de Once, afirman: “El 30 de diciembre de 2004 quedará instalado en la memoria colectiva como el momento, inédito para nuestra historia en el que en el mismo acto y en una trampa similar a una cámara de gas, a 200 familias se les arrebató la vida de sus hijos e hijas, niños, adolescentes y algunos adultos; en que 4000 personas experimentaron el horror para llevarlo en su cuerpo, y en su memoria, por el resto de sus vidas. Cromañón nombra, a partir del 30 de diciembre de 2004, no solamente un lugar físico, sino sobre todo una masacre, un crimen social en el que murieron 194 personas, la gran mayoría jóvenes, sufrieron traumas físicos y psíquicos miles de sobrevivientes”.
“Es el momento también que dejó claramente expuesto para todo aquel que quiera verlo que nuestra juventud está llena de héroes, capaces de arriesgar todo por salvar al amigo, por ayudar al conocido o aún para rescatar simplemente al que lo necesita. Recordamos en este sentido, que el 40% de los fallecimientos ocurrió porque héroes y heroínas anónimos entraron a salvar a sus pares”, sumaron.
“Cromañón se ha convertido en el hecho más trágico que recuerde la ciudad de Buenos Aires, produciendo una cifra de muertos cercana a la del hundimiento del Crucero General Belgrano y una onda expansiva en el conjunto de la sociedad. Se trata de un hecho de violación a los derechos humanos en el presente, entre ellos el elemental derecho a la vida, a la integridad física, a la seguridad personal. Es evidente que el estado, reconociendo su responsabilidad, debe garantizar las instancias reparatorias. Entre dichas instancias, se encuentra el respeto hacia la memoria, una memoria colectiva que apunte hacia el Nunca Más Cromañón, Nunca Más muertes jóvenes evitables, Nunca Más desidia y corrupción”, destacan.
“En tal sentido, crear un espacio para la memoria, considerando integralmente tanto el local como la calle aledaña y el Santuario, armado por familiares y sobrevivientes para recordar a las víctimas fatales, es un imperativo para estos tiempos”, concluyen.
J.C.