El 9 de julio se celebró el nuevo aniversario de la Independencia, asimismo se conmemoraron los 105 años de la apertura de la Confitería del Molino, ícono del art nouveau porteño en Callao y Rivadavia. El proceso de restauración integral entra en su etapa final y el resultado está a la vista.
Con un juego de luces celestes y blancas por el día patrio y el frente despejado, este edificio vuelve a ser uno de los protagonistas en el horizonte de Balvanera.
Ricardo Angelucci, secretario administrativo de la Comisión Bicameral a cargo de la recuperación, señaló que la restauración “está avanzada en un 75%”.
Asimismo, añadió que el edificio tiene casi 8.000 metros cuadrados y la confitería es solo un tercio. Agregó que en el presente se repara la marquesina, la cual cuenta con un total de 160m2 de superficie de vitrales. Para ello intervienen operarios de Astilleros Río Santiago. Aparte, se está avanzando con la restauración de la confitería en planta baja.
Se están poniendo en valor los departamentos del cuarto y quinto piso del edificio, donde funcionarán el museo de sitio y Centro Cultural del Molino; y se está completando la recuperación de los locales interiores de azotea e interviniendo la cocina histórica y el salón anexo al principal del primer piso donde se descubrieron cielorrasos originales ocultos por intervenciones posteriores.
En julio se terminó el proceso de reproducción de las piezas de bronce ubicadas en la ochava. También se renovó la estructura de la cubierta del primer subsuelo, que se encuentra por debajo de la vereda en todo el perímetro.
Trabajos a comienzos de junio: “Estamos renovando la estructura de la cubierta del primer subsuelo, que se encuentra por debajo de la vereda en todo el perímetro. También, se hizo un refuerzo en algunos sectores, recambio de la estructura portante en otros y se reconstruyó el contrapiso hasta el cordón. Se pusieron en funcionamiento todos los desagües frontales y se están colocando nuevas baldosas”.
A fines de mayo se reactivaron las aspas: “El sistema de accionamiento de las aspas del Molino está compuesto por un motor eléctrico original y un sistema de poleas que mueve una caja de engranajes reductora. Para su recuperación se procedió al desmontaje del sistema completo, a fin de verificar el real estado de conservación de cada uno de los componentes y determinar el alcance y tipo de la intervención a realizar, manteniendo el criterio de máxima conservación de los elementos originales”.
La Confitería del Molino se inauguró el 9 de julio de 1916, en el marco del centenario de la Independencia. Con distintas administraciones, funcionó hasta 1997. Ese mismo año fue declarado Monumento Histórico Nacional. El edificio luego cerró y se deterioró. Incluso funcionó como una residencia informal.
En 2014 el Poder Ejecutivo de la Nación expropió el edificio. En 2018 la Comisión Bicameral Administradora tomó posesión del lugar y dio inicio a los trabajos de restauración.
J.M.C.