El 19 de noviembre comienza la audiencia Pública, para aprobara 11 convenios urbanísticos (Expediente 2195 /2021). Esto significa que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, no conforme todavía con tanta privatización y venta del patrimonio de la ciudad, sigue en su implacable proyecto de favorecer a capitales inmobiliarios (e intereses privados) en detrimento del bien común.
De los últimos 18 convenios que el gobierno presento, por excepción y en un corto tiempo, intenta que 11 de los cuales sean aprobados. (Regalo navideño para sus amigos del negocio inmobiliario).
Fueron realizados por un mecanismo de excepción, porque las alturas de las torres que contempla el plan urbanístico están muy por debajo de las alturas que se proyectan. Sostiene el Observatorio de la Ciudad: “A excepción de un solo convenio, cuyo objeto es la ampliación de una de una clínica médica, los restantes proponen usos mixtos de vivienda, comerciales y oficinas. Ninguno aporta viviendas asequibles, que sería uno de los factores positivos de evaluación según la convocatoria”.
Lo más alarmante e indignante de este tema problema, que venimos teniendo en la ciudad de Buenos Aires, es que quienes conocen en profundidad el “teje y maneje” del tema en cuestión, es una ínfima cantidad de ciudadanos y ciudadanas en relación a la cantidad de habitantes. Pocas organizaciones, y la militancia en ellas comprometida, difunden y trabajan en el esclarecimiento del tema. En una ciudad del tamaño y características de esta se deben tener políticas ambientales reales; que contemplen el apaciguamiento de los daños ecológicos que vivimos; como el calentamiento global y sus consecuencias en la ciudad. La construcción de torres con alturas exageradas priorizan las ganancias en dinero, por encima del bienestar de la población. En muchísimos barrios de la ciudad se padece de falta de agua y electricidad en días y meses de calor agobiante, mientras se autorizan torres como las que contemplan las “excepciones” de Larreta… ¡con hasta 85 metros de altura!
La ciudad se transforma, cada vez más, en una ciudad expulsiva y nada amable. Se desconoce la voz de las comunas; y la democracia participativa es un eslogan en las cuestiones importantes. Se desdibuja la identidad de los barrios. Y lo peor es que de a poco van poniendo “la ciudad en valor”.
Ser ciudadanos/ciudadanas, ser personas jurídicas nos da derechos a ser consultados e instruidos sobre las decisiones que nos favorecen o que nos afectan como éstas. Nos da derecho también, a la denuncia y movilización en defensa de todo lo que estas medidas significan para la ciudad y sus habitantes. De manera deliberada el Gobierno de la Ciudad se sigue comportando como “Patrón de Estancia”, y en este caso la consulta sobre una decisión ya tomada.
No más torres. No a las “excepciones”. Por políticas ambientales reales y no ficticias (como las macetas en la calle). Enorme reconocimiento a las organizaciones y militancia que trabajan y se movilizan en el esclarecimiento de estos temas. Es una inmensa contribución ciudadana.
Patricia Machado
Ex juntista Comuna 5
Asamblea de Pringles y Rocamora
Usina Cultural del Sur
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