Vecinos de Almagro y Balvanera empiezan a organizarse para emprender una lucha contra la normativa vigente del Código Urbanístico (2018) al afirmar que estos barrios son de los más densamente poblados de toda la Ciudad de Buenos Aires y que seguir edificando en altura perjudica la calidad de vida a nivel local.
La vecina de Almagro Myriam Godoy, integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad y una de las que luchó por el proyecto de plaza en Pringles y Rocamora, contó a Revista El Abasto que recientemente se produjo el retiro de la antena de Palestina y Rocamora y la venta de dos grandes edificios que fueron de Nextel y Noblex.
Todo esto forma parte de los cambios en el horizonte de ambos barrios, ya que antiguos edificios dan lugar a nuevas construcciones, en su mayoría a más altura porque el Código Urbanístico modificado hace un lustro permite ir más arriba y con mayor volumetría.
En muchos barrios como Saavedra o Villa Devoto, con amplias zonas residenciales llenas de casas de escasa altura, los vecinos empezaron a vender sus viviendas como terreno, por lo cual hay un boom constructor en CABA.
De todos modos, no necesariamente implica que por haber más departamentos habrá más y mejor acceso a la vivienda. Hay problemáticas sostenidas en el tiempo como la dolarización de las propiedades, la falta crédito para comprar unidades y recientemente se sumaron muchas complicaciones para alquilar -en una ciudad que va camino a la “inquilinización”, según su composición poblacional-, desde los elevados costos (por encima de la inflación oficial), la poca oferta, la introducción de alquileres temporales-turísticos que crece sin regulación, entre otros.
En este contexto, la vecina Godoy afirma: “El argumento en todo Almagro y Balvanera no es que seamos un barrio de casas bajas, aunque por partes sí, sino que somos los barrios más densificados de toda la ciudad”. Por caso, menciona de Almagro: “Somos el barrio más densamente poblado de toda la ciudad. Tenemos 32.500 h/km2”.
También evoca: “El GCBA nos debe una plaza. Y sin embargo no dejan de otorgar permisos de construcción y densificar el barrio y toda la ciudad. Las casas bajas tienen menos presión de agua con la construcción de edificios altos. Ya tenemos suficientes torres”.
Sobre la deuda del Gobierno porteño, es porque un grupo de vecinos de Almagro ganó en 2017 un concurso digital de obra pública llamado BA Elige. Su propuesta era expropiar la esquina de Pringles y Rocamora -en manos del Automóvil Club Argentino y baldío durante unos 20 años- para dar lugar a un futuro espacio verde. El proyecto fue aprobado en principio por autoridades oficiales, pero luego se desestimó. El GCBA adujo un error administrativo -al no haber advertido que la tierra tenía un dueño privado-, pero los vecinos siguen exigiendo la apertura de un pulmón verde en el barrio. Finalmente, el ACA, luego de un litigio judicial de más de dos décadas a raíz de un siniestro en el lugar, construyó una serie de oficinas en este cruce.
“Acá directamente habría que cerrar el registro de obras. Ni un permiso más”, enfatizó la vecina sobre la situación local.
De este modo, inició un mapeo de torres en construcción en el norte de Almagro, entre Corrientes, Medrano, Córdoba y Estado de Israel. Así y hasta el momento, las más bajas tendrán unos 14 pisos, mientras que las más altas rondarán los 22.
Este mapeo y otras actividades vecinales de difusión despertaron la atención en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Godoy contó que fue contactada por asesores de la legisladora Claudia Neira (Frente de Todos) y que se empezó a gestar la idea de elaborar un proyecto de Ley para cambiar el actual Código Urbanístico, para evitar una construcción “desmedida” y sin planificación.
En la Ciudad de Buenos Aires hay varios antecedentes de luchas vecinales que decantan en Leyes de este tipo.
El año pasado, la Legislatura porteña aprobó una Ley para proteger y limitar la altura de futuros edificios en dos sectores de la Comuna 13: en las llamadas Lomas de Núñez y en Belgrano (Bajo Belgrano, Barrio River). Amas iniciativas nacieron de luchas vecinales y luego tomar forma de texto parlamentario con apoyo de oficialismo y oposición. Intervinieron Vecinos Unidos de Núñez y Asociación Vecinal de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano.
Al ver este resultado, otras asambleas vecinales de CABA que rechazan el Código Urbanístico impulsaron proyectos de Ley.
El año pasado y con asesoramiento del legislador Matías Barroetaveña (FdT), vecinos de Villa Ortúzar presentaron, mediante el colectivo Somos de Ortúzar, un proyecto con cambios, con la idea de proteger el horizonte y la identidad barrial.
Del mismo modo, con asesoramiento de la legisladora Claudia Neira vecinos de Villa Devoto -reunidos en Devoto Unido- presentaron un proyecto de Ley para extender el Área de Protección Histórica N° 36 Plaza Arenales y Estación Devoto, también para proteger el perfil residencial del barrio.
En marzo de este año, vecinos de Conciencia Urbana Comuna 11 (Villa Devoto, Villa Santa Rita, Villa General Mitre, Villa del parque) presentaron un proyecto de Ley para modificar el Código Urbanístico.
También fueron asesorados por Neira, y el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC). “Anhelamos poner freno a este proceso de transformación con impactos negativos en nuestros barrios, proteger el patrimonio aún vigente y recuperar la calidad de vida”, indicaron.
J.C.
Foto: archivo – protesta de vecinos de distintos barrios contra el Código Urbanístico