Asambleas barriales, muchas de ellas de la zona del Abasto y alrededores, publicaron este lunes un comunicado conjunto reunidas en la Interbarrial Buenos Aires: “La mitad de los barrios porteños nos declaramos en estado de Emergencia Urbanística Ambiental y exigimos la modificación inmediata del Código Urbanístico”.
Entre otros, divulgaron esta comunicación el Consejo Consultivo Comunal 3 (Balvanera y San Cristóbal), Basta de Torres en Almagro y Boedo, Patrimonio Almagro Boedo.
De otros barrios: Somos de Ortúzar, Conciencia Urbana Comuna 11, Amparo Ambiental Chacarita, Palermo Resiste, Somos de Parque Chas.
Advierten que el Código Urbanístico actual generó estas consecuencias: “El aumento exponencial del volumen constructivo y las alturas y el avance sobre los pulmones de manzana, líneas de frente y retiro. La proliferación desenfrenada de demoliciones y de construcciones que daña viviendas y afecta la identidad de los barrios y la calidad de vida de vecinos y vecinas. La ausencia de regulación estatal que deriva en la saturación de servicios públicos como electricidad, gas, cloacas, pluviales, estacionamiento, establecimientos de salud, escuelas, etc. El estallido de la explotación comercial y la saturación de usos del suelo”.
También: “El avance sobre los espacios verdes y la destrucción y pérdida del arbolado urbano necesarios para el medio ambiente, que disminuyen la ya insuficiente relación de m2 verdes por habitante. El incumplimiento y falta de actualización del Plan Urbano Ambiental”.
El comunicado manifiesta: “Desde los distintos barrios mantuvimos reuniones con legisladores y precandidatos de todas las fuerzas políticas y convocamos a funcionarios/ as porteños para exponer nuestras propuestas y pedir respuestas a los reclamos planteados. Muchos barrios presentamos, además, Proyectos de Ley para modificar el Código Urbanístico. No se trata de una simple “percepción”. Alcanza con caminar cada uno de estos barrios para observar cómo desaparecen. Los desarrollos inmobiliarios actuales no resuelven la crisis habitacional, sino que aumentan la cantidad de unidades ociosas. Se fomentan explícitamente los alquileres temporarios, el blanqueo de capitales y la renta en dólares, sin políticas reales de acceso a la vivienda. De esta forma, la especulación financiera inmobiliaria avanza de acuerdo a intereses unilaterales”.
“Nuestros barrios están perdiendo su memoria y su identidad mientras las obras destruyen casas y árboles -dañando edificaciones linderas- y el espacio se lotea al mejor postor. La voz de vecinos y vecinas pretende ser silenciada con el ruido de las construcciones. Los servicios básicos se convierten en escasos e insuficientes frente a un entorno que no fue diseñado ni planificado para semejante demanda”, alertaron.
“Por todo esto, las organizaciones vecinales de la Ciudad de Buenos Aires nos declaramos en estado de emergencia urbanística ambiental y exigimos la suspensión inmediata de otorgamiento de permisos de demolición, de certificados urbanísticos y el otorgamiento de permisos de obra nueva de más de 100m2 para construir edificios hasta revisar la norma vigente, incluyendo la opinión vinculante de sus habitantes. Este es el momento de defender nuestros barrios y nuestro derecho a decidir en qué Ciudad queremos vivir”, concluyeron.
J.C.