Donde había huecos o cemento astillado, ahora hay suelo firme en forma de colores, en forma de obras de arte. Reacción Rodante es un proyecto para reparar veredas o rampas a través de la instalación de cerámicas y mosaicos. Fue creado por Sofía, una joven vecina de Almagro. Por una lesión medular, desde hace años utiliza una silla de ruedas y se enfrenta a diario a las “barreras” que se generan debido al mal estado del espacio público. Mediante sus intervenciones busca visibilizar esta problemática.
Para muchos, una vereda rota o una rampa en mal estado son apenas centímetros de cemento que se esquivan sin mayores problemas. Para personas con movilidad reducida, son, en el caso más leve, una muralla. Lo más grave es que pueden causar tropiezos y lesiones de todo tipo. el caso más resonante ocurrió a fines de septiembre a pocas cuadras: una mujer de 86 años falleció en Riobamba y Córdoba, en Balvanera, luego de tropezarse con el pozo de una vereda rota y caer contra el suelo.
“Es necesario tener las calles accesibles para todos”, resalta Sofía. “Que todos puedan moverse libremente por la vía pública”.
Esta vecina de Almagro gestó Reacción Rodante al combinar dos actividades. Por un lado, ella es voluntaria en la ONG Acceso Ya: “Denunciamos cuestiones relacionadas con la falta de accesibilidad”. Además, hace varios años asiste al Taller Escuela del Sur para crear obras en vidrio y mosaico.
Ante el problema de las veredas rotas, ella unió ambas experiencias y aportó una solución concreta. “Un día saqué una foto a una rampa rota como parte de un relevamiento en la ONG. Mi pareja me planteó por qué no lo reparaba yo, pensando en mis trabajos en vidrio y mosaico. Sigo en redes a muchos artistas que intervienen en el espacio público, así que me gustó la idea de empezar a hacerlo en rampas, a realizar obras sobre la accesibilidad, que es un tema que me toca de lleno. Hice la primera y luego avancé”.
“En el presente, si encuentro rampas rotas, las relevo y luego hago el diseño. Como vivo en Almagro, la mayoría está en el barrio y alrededores. Las instalaciones las hago de noche, con ayuda de mi pareja. Es para que el cemento pueda secar bien”, cuenta Sofía.
Al hacer este trabajo nocturno, no hay tanta interacción con vecinos. Sí la retroalimentación estalla por redes: “Me llenan de mensajes privados con cosas lindas, diciendo que me felicitan que la gente anda mirando las rampas a ver si hay una obra nueva”. Lo vive como una forma de problematizar y ampliar el debate sobre este tema.
En el presente, Sofía también cuenta con colaboraciones de otros artistas. “Es bienvenido el que se quiera sumar”, asegura.
“Se trata de cumplir el desafío de visibilizar, que más gente se haga eco de esta situación. Que todos puedan moverse libremente por la vía publica, que no tengas un accidente”, concluye Sofía sobre la motivación de este proyecto inclusivo y artístico.
J.M.C.
