Habrán notados quienes se toman el tiempo de leer mis editoriales que desde hace un tiempo a esta parte opté por no meterme demasiado en política. Como cuando comencé con esta odisea hace un cuarto de siglo, volví a convencerme de que la política está en una esfera en la que me cuesta influenciar por lo que me conviene mantenerme lo más al margen posible, haciendo foco en lo que sí puedo cambiar. Por otro lado se nota que cuanto más arriba están en la escala del poder, más pierden el contacto con la realidad y ejecutan órdenes similares de quienes tiran de los hilos tras bambalinas. De lo contrario caen rápidamente.
Hoy hacemos una excepción y en lugar de mirar hacia adentro como individuo propongo mirar hacia adentro como sociedad: ¿Qué nos pasa como sociedad que votamos como actual presidente a un tipo agresivo que pasa casi tres horas diarias en redes sociales y al que parece que le preocupa más agredir a Lali Espósito, seguido de sus bullyes fanatizados o trolls, que a encarar los problemas socio-económicos? Desde su lugar parece solo agravar la situación social permitiendo aumentos indiscriminados, aplaudiendo una inflación que mes a mes viene muy por encima de las anteriores gestiones, aceptando el hambre como algo natural para el “déficit cero” y para así poder dolarizar como hizo Ecuador (uno de los países que encabezan la inseguridad en Latinoamérica).
Pagan justos por pecadores. Con la excusa de supuestos desvíos de dinero o corrupción para unos editores simpatizantes de los anteriores le saca la pauta publicitaria a todos los medios. Porque hubo desvíos en la obra pública, frena toda la obra pública. Porque alguien habrá desviado fondos en algún comedor popular denuncian que se le quita la entrega de alimentos a todos los comedores (aunque el vocero Manuel Adorni lo desmiente). Porque alguno tuvo algún plan mientras trabajaba se quitan inmensidad de planes y subsidios a los más necesitados.
El transporte público se viene disparando de una manera tan irracional que hay quienes dejan sus trabajos porque viajar a laburar les insume gran parte de sus ingresos. Los servicios como luz, agua y gas vienen subiendo en estampida. Los ingresos sin paritarias, frenando así la economía con el ajuste a las clases más bajas que incluye a todos los que trabajamos (incluso jubilados). Los ahorros de la clase media se vienen esfumando por los elevados costos.
Lo votaron para que no sigan los mismos, pero vino algo peor. Gente agresiva, violenta, defensores de represores, inmutables al dolor ajeno, perversos, apoyando en primera instancia a un país que mata niños en forma de una desvergonzada “venganza” desmedida que ha escalado a tal punto que hasta sus aliados dicen “basta”. Fue a Davos a “correr” -a los de la Agenda 2030- “por derecha” criticando a los más ricos del mundo por ser “comunistas” (sic). Me da mucha pena si aún quedan insensibles que no cayeron en cuenta de que así vamos rumbo a dejar al país como colonia para que la despedacen los buitres.
Solo pido que la Argentina se despierte de una vez. Que no permitamos nuestra ruina. Que valoremos lo que tenemos y sigamos siendo solidarios y respetuosos con la vida. Tenemos mejores alternativas que este camino. Y el poder real lo tenemos como pueblo, que unido es imparable.
Rafael Sabini