Argentina se consagró bicampeona de América en Miami, luego de ganarle 1 – 0 a Colombia en un partido cerrado, reñidísimo y con la lesión de Messi que dejó mudos a millones de hinchas.
A miles de kilómetros, en la zona del Abasto el partido se alentó en medio de una de las noches más frías del año.
Las calles desiertas y silenciosas, con el ir y venir incesante de los deliverys por las ciclovías, contrastaban con los bares repletos de personas que no apartaban la mirada de los televisores.
Algunos valientes salían a fumar un cigarrillo sin apartar la vista de las pantallas. La ñata contra el vidrio, en un azul de frío, como evoca el tango.
El partido se demoró cerca de una hora, por lo cual algunos comercios gastronómicos bajaron sus persianas con el partido en plena marcha. Una pálida.
El pálpito era que la Scaloneta se iba a salir con la suya una vez más, pero el grito de gloria se contuvo y se hizo esperar, más todavía ante la lesión de Messi.
Una vez que Lautaro Martínez hizo el gol ganador las gargantas abastenses se desgarraron y una calma acompañó al silencio invernal.
Terminado el partido y coronado el bicampeonato, pese al frío y el cansancio de horas y horas de incertidumbre algunos valientes rumbearon hacia el Obelisco, en donde hubo una fiesta masiva por largas horas, a tono con la tradición argentina.
J.C.