Este jueves la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó un proyecto del oficialismo Vamos Juntos y declaró “Sitio de Interés Cultural” al Restaurante “El Tropezón“, sito en la Avenida Callao 248, en Balvanera. También se fijará una placa conmemorativa. Reabrió en septiembre de 2017, luego de haber cerrado en 1983.
El autor del proyecto es el legislador Omar Abboud, que en los fundamentos asegura: “En 1896, en la esquina de Callao y Bartolomé́ Mitre, el asturiano Manuel Fernández y el gallego Ramiro Castaño inauguraron “El Tropezón”, restaurante que con el tiempo se constituyó en un lugar emblemático de nuestra ciudad. El nombre del “Tropezón” se refiere a los trozos pequeños de diferentes alimentos como: jamón, legumbres, entre otros, mezclados con la sopa, el caldo u guiso”.
“Poco tiempo después, en 1901, el restaurante se mudó a Callao y Cangallo (hoy Perón) ubicación en la que funcionó hasta 1925, donde a raíz de una desgracia (el restaurante donde funcionaba tuvo un derrumbe y se arruinó el salón) volvieron a mudarse. El 10 de febrero de 1926 se reinauguró en Callao 248. Por este local pasaron clientes como: Federico García Lorca, Irineo Leguisamo, Lola Membrives, los Discépolo, Aníbal Troilo, Ricardo Balbín, Alfredo Palacios, Irigoyen, Carlos Gardel que ocupaba la mesa 48, entre tantos otros. La especialidad de la casa era el puchero de gallina y así́ lo manifiesta el tango: Restaurant Tropezón, Pucherito De Gallina Con Viejo Vino Carlón”.
“Hoy, re-inaugurado El Tropezón con el fin de recuperar ese emblemático restaurant de Buenos Aires, con una historia donde se unieron lo español y lo porteño y a donde concurrían las grandes personalidades de aquella época: nuestros iconos del tango, artistas, escritores y portas. Este lugar singular de buenos Aires se caracteriza por un ambiente agradable y la buena comida. Con una carta de menú́ española y bien porteña a la vez. Siempre la cordial atención, y la valoración de cada visitante será una prioridad de este local porteño”, agrega.
“De esta forma “El Tropezón” se ha convertido en un lugar tradicional para el encuentro, ya sea saboreando un café, aperitivo, para comer algo rico o para reunirse después de la oficina, o para cenar con la familia o con amigos después del teatro”, concluye.
J.C.
Foto: Clarín