Bautizado como “Almacén de la agricultura familiar”, fue lanzado el jueves último el décimo espacio del movimiento popular La Dignidad, que ya cuenta con cuatro bares y cinco supermercados en barrios populares. El almacén se encuentra ubicado en el lobby del hotel cooperativo Bauen y estará abierto al público todos los días, de 10 a 18. Allí, se podrán encontrar productos de las distintas economías regionales, “a muy buen precio”. El único requisito es que las mercancías sean agroecológicas. “No queremos glifosato en nuestros productos. Eso es parte de lo que llamamos la agricultura familiar”, aseguró a Ansol Basilio Sioutis, del movimiento La Dignidad, luego de inaugurar oficialmente el espacio.
Sioutis apuntó: “Creemos que hay un espacio para la economía popular. No depender de las grandes corporaciones y multinacionales para comer. Creemos en la agricultura familiar, en los pequeños productores y todo ese espacio va a estar representado en el Bauen”.
Para llevar a cabo el proyecto, “fue fundamental el apoyo de la CTEP, a través de Rafael Klejzer. Todo empezó con una charla con él, en unos de los bares que tenemos en La Dignidad. Varios compañeros sabían de la dura situación del Bauen y nosotros veíamos que podía ser utilizado por la economía popular y así trabajar en conjunto”, resumió. Luego, “pusimos en marcha una serie de charlas, en las que expresamos nuestra intención de colocar productos de la economía popular; sobre todo, del interior: aceites de oliva de Mendoza, dulces de La Rioja, productos del Delta de Buenos Aires, yerbas misioneras, aceitunas de Catamarca. Nos pusimos en contacto con pequeños productores y fue impresionante la repercusión que tuvimos”. Finalmente, remarcó: “Creemos que este puede ser el primero de muchos almacenes más. La idea es tener cien almacenes”.
Klejzer, secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) en Capital, estuvo presente en la inauguración. “Empezamos al revés de los emprendedores cooperativos. El cuello de botella que tienen las cooperativas es la comercialización. No tienen mucha escala porque no pueden vender mucho y esperan alguna feria que se haga un domingo. Nosotros empezamos con la logística, los depósitos, las heladeras, las cámaras y después los locales”.
Para Klejzer, “no es solamente un proyecto comercial, sino político. Los alimentos y la energía son caros porque están dolarizados. Nuestro proyecto político para el país es también tener en nuestras manos la comercialización de productos populares, de alimentos sanos para nuestros vecinos y apostamos por eso. Queremos armar un bloque fuerte para poder avanzar”.
Que el lugar elegido sea el Bauen “es un poco más que simbólico; es la vidriera que hace público nuestro proyecto político”. Para Klejzer, la economía popular “no es un juntadero de lágrimas, sino por el contrario una alternativa poscapitalista”.
El presidente de la cooperativa de trabajadores del hotel Bauen, Federico Tonarelli, dio a Ansol su punto de vista. “Nosotros sostenemos que el Bauen es del Estado. Fue construido con fondos públicos, esas hipotecas están impagas desde el año 78 y el Estado nunca las ejecutó. Desde que vimos esto, entendimos que no sólo los trabajadores de nuestra cooperativa debemos quedarnos con el lugar, sino abrirlo a toda la comunidad y, sobre todo, a todas las cooperativas y trabajadores sociales”. En ese marco, “lo de hoy es un pasito más en ese sentido”.
Tonarelli no sólo destacó el acuerdo con La Dignidad, sino también el que lograron “con la cooperativa El Descubridor, que preside Manuel Callau, de actores y productores teatrales que van a gestionar el teatro del hotel”. Así las cosas, en el Bauen funcionan La Garganta Poderosa, Señales, Cítrica, La Dignidad y El Descubridor. “Esto nos llena de orgullo y es nuestro humilde granito de arena para la unidad”, concluyó.
Fuente: ANSOL