Adrián Dubnsky, Pedro Alberto Valdés y Eric Chareun son los autores de Huellas de San Cristóbal, un programa con 17 episodios para descubrir la historia y a los vecinos del barrio. cuenta con apoyo de la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal “Jorge Larroca”.
El programa 0 o Piloto repasa la historia de San Cristóbal. Los episodios siguientes son: 1: Semana Trágica I; 2: Semana Trágica II; 3: Los “Doce de la Santa Cruz”; 4: Plazas del Barrio I; 5: Plazas del Barrio II; 6: Bares del Barrio; 7: El tango en San Cristóbal; 8: Los cines del Barrio; 9: Las Asambleas de 2001.; 10: El Barrio Olvidado. Recortes arbitrarios e identidad sancristobaleña I.; 11: El Barrio Olvidado. Recortes arbitrarios e identidad sancristobaleña II.; 12: La “Autopista”. Una serpiente de cemento atraviesa al barrio; 13: Las escuelas del Barrio I; 14: Las escuelas del Barrio II; 15: Templos del Barrio; 16: Hospitales del Barrio; 17: Huellas de Gardel en San Cristóbal.
“Concretamente, el micro Huellas de San Cristóbal es un programa quincenal de difusión en redes y, posiblemente, en canales de televisión. Tiene una duración de 8 minutos por programa, tiempo máximo por una cuestión de formato y de atención del espectador. La mayoría de los programas serán filmados en exteriores, sin que ello obste para que se puedan realizar entrevistas en espacios cerrados o cuando lo amerite la temática tratada. En este tipo de formato audiovisual, es vital sintetizar las cuestiones principales, y poder fungir como un gigantesco hipervínculo que lleve al espectador a poder ampliar sus conocimientos una vez interiorizado en el tema. Para ello contaremos con un blog en el que se volcará toda la información adicional al programa, tanto en formato audiovisual como textos y sitios de internet pertinentes”, dicen los autores.
En la Legislatura porteña, los legisladores Carlos Tomada, Andrea Conde, Lorena Pokoik (Unidad Ciudadana) presentaron un proyecto de declaración para que este programa sea de Interés Cultural. Fundamentan: “Declarar de interés cultural un programa de claro contenido histórico barrial como el aquí propuesto se convertiría en un envión para la realización del mismo y para su difusión, como así también posibilitaría su distribución en las instituciones barriales y de la Comuna en general. Además, la experiencia nos dicta que las iniciativas que fomentan la participación comunal, tejen redes por debajo de las estructuras y motorizan las demandas sectoriales que atraviesan transversalmente a la población”.
“Los barrios tienen historias que contar. Lejos de la mirada positivista que tiene la Historia como una sucesión realizada por grandes hombres, un grupo de vecina/os del barrio de San Cristóbal -un barrio olvidado, como bien lo denominara el historiador, escritor y periodista Jorge Larroca- se propusieron encontrar un formato amigable para historiar, desde una perspectiva vecinal, los hechos acaecidos en su barrio. Si bien son cientos los tópicos a tratar, el programa tiene como objetivo difundir en la comunidad (escuelas, sociedad de fomentos, clubes de barrio, iglesias, organizaciones sociales, etc.) la historia de nuestro espacio vital de realización y despliegue productivo y de formación social. Son decenas los lugares por los que el/la porteño/a circula sin tener noción de los sucesos que se desplegaron a su alrededor y que, de una u otra manera, fueron moldeando el paisaje y la dinámica del barrio. Lugares, espacios públicos, edificios, plazas, calles y casas atesoran el paso del tiempo y sus recuerdos, los hechos que moldearon nuestra identidad barrial y la historia social de nuestro entorno deben difundirse, sobre todo porque nadie puede amar lo que no conoce, y la mejor manera de conocer en la actualidad es la difusión audiovisual”, agregan.
“En cuanto a la identidad barrial se refiere, los autores del programa consideran que es un capital de orden simbólico que configura, más temprano que tarde, las aspiraciones de cierto sector societario que identifica determinadas características de sus vecina/os y de él/ella misma/o que confluyen un paraguas de índole barrial que incluye transversalmente a parte de la sociedad. Es decir que coexisten al interior del barrio una supraidentidad -el/la crsitobaleño/a-, con credos religiosos, parcialidades políticas, adscripciones futboleras, preferencias y gustos de todo tipo, pero todas y todos son cristobaleña/os. Esa característica termina generando “ciertos cruces e interrelaciones entre procesos socio- históricos barriales, transformaciones en el espacio territorial y redefiniciones identitarias. En ese sentido, el programa también puede oficiar como articulador o catalizador de reivindicaciones comunitarias, de preservación del patrimonio, de recuperación de prácticas barriales y conformación de bases sólidas de “vecinazgo” en una comunidad que se organiza en torno a sus necesidades. Puntualmente, en el caso de San Cristóbal se encuentran la recuperación del cine National Palace, las formas de utilización del Mercado de San Cristóbal o la puesta en valor del palacete ecléctico construido por Virginio Colombo, llamado Casa Anda. Las nuevas plataformas son fundamentales para generar nuevas instancias de movilización vecinal y “con el surgimiento del llamado movimiento Web 2.0, se ha evidenciado la capacidad de Internet para movilizar colectivos”, exponen los representantes.
“En la actualidad, el formato audiovisual con una extensión no superior a siete u ocho minutos se ha convertido en una herramienta de difusión importante. Por otro lado, la narrativa digital y nuevos formatos audiovisuales ya son una realidad, incluso hay programas de ficción o thrillers que son segmentados hasta su mínima expresión de durabilidad sin disminuir el suspenso y mantener la tensión-atención. Además, el formato audiovisual “es capaz de generar experiencias y emociones, de adaptarse a los dispositivos móviles y a nuevas formas de relacionarnos con ello”, concluyen.
J.C.