Sutilmente los bailarines amateurs y profesionales van copando en la ciudad porteña los espacios de ensayos, hospedajes y prácticas del tango danza, porque tienen el anhelo por llegar a las finales de la competencia mundial. Todos se preparan durante un largo tiempo para presentar su trabajo y vivenciar la experiencia de competir, lo cual le daría el mayor reconocimiento en el mundo. Cada año es mayor la exigencia del jurado en las categorías tango pista y tango escenario, así también es una gran controversia el sistema de evaluación que presentan los diferentes jurados de los últimos años, entre bambalinas la gran pregunta es: ¿Qué buscará este año el jurado? ¿Un tango al piso bien sentido y arrabalero o un tango teñido de movimientos vanguardistas? ¿O tal vez un estilo muy personal de ambos lenguajes?
Cada pareja de baile invierte mucho tiempo y dinero en su preparación técnica, porque como todo va mutando, la técnica del movimiento va superándose día a día y la exigencia es cada vez mayor. El vestuario importa, pero la música elegida es el sello de cada pareja por eso es tan minucioso el trabajo técnico, y si viene envuelto de esa energía que conmueve al que observa tiene la entrada a la final y allí se disputan los más talentosos bailarines del mundo.
Se encienden las luces y la magia del tango se hace presente seduciéndonos con su caminar bien pausado bien al piso que, dibujando un encuentro en cada sincopa, en cada abrazo nos hace vibrar el corazón. Agosto, un mes arrabalero para expresar y sentir la música del 2×4.
Desde el 8 al 21 de agosto en diferentes espacios de la ciudad se realizarán actividades gratuitas, desde clases, exhibiciones, espectáculos hasta ferias con productos relacionados al ambiente tanguero, así como también visitas guiadas por los bares más reconocidos del ambiente. Para acceder a toda la programación visita el siguiente enlace:
https://www.buenosaires123.com.ar/festival-y-mundial-de-tango.php
Gabriela Navarro
Carla Rossi y Jose Salvo campeones 2018 (tango pista). Fotos: GCBA.
