La medida fue anunciada por el Gobierno porteño con la intención de prevenir contagios. Dado el crecimiento de casos y el aumento de la circulación pública de personas, las autoridades porteñas decidieron “extender el uso del tapabocas. Se debe a que dos de cada tres personas no presentan síntomas o tienen síntomas leves y el tapabocas disminuye la posibilidad de contagio”, explicaron a través de un comunicado de prensa.
En el contexto del aislamiento social y preventivo, desde el 15 de abril el tapabocas es obligatorio para ingresar o permanecer en locales comerciales, en dependencias de atención al público sean públicas o privadas y en medios de transporte público en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Lo nuevo ahora es que, desde el primer lunes de mayo se incluye a su vez, el uso del tapabocas para circular y permanecer en los espacios públicos.
Recordaron que “como tapabocas sirve cualquier elemento que pueda cubrir boca, nariz y mentón, de fabricación casera con pañuelos y telas. No hace faltan ni máscaras ni barbijos”.
Para quienes no respeten la medida se prevén sanciones de 500 unidades fijas ($ 10.700) a 3.700 unidades fijas ($ 79.180) y/o clausura y/o inhabilitación en caso de comercios.
También recordaron que se mantiene la prohibición de la comercialización en el ámbito porteño de “los barbijos sanitarios N95 a cualquier persona que no acredite ser profesional o personal del servicio de salud y a las personas jurídicas que no tengan por objeto la prestación de ese servicio”.
El modelo de barbijo N95 está autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para uso médico y se busca no desabastecer el mercado.
U.K.