Familiares y amigos de Adrián Continiello, el joven que murió aplastado en el derrumbe de la calle Pavón de San Cristóbal, se expresaron a un mes del hecho. “Lo mató la corrupción política”, sostienen.
“Hoy (1 de mayo), a un mes de la muerte de Adrián queremos agradecer a todas las personas que se sumaron y se siguen sumando a este pedido de justicia. A cada uno de ustedes, que están ahí poniéndose en nuestro lugar, imaginando y comprendiendo esta desolación y este dolor que nos desgarra día a día”, dijeron en redes sociales.
“A las páginas barriales que nos permiten difundir. A los amigos de fierro, los que estaban para tomar mate en el patio o para compartir una juntada con o sin asado y que hoy están con el corazón en la mano y el alma entera, firmes en el abrazo y unidos en el llanto”, sumaron.
“ebería estar de más hablar del daño emocional post traumático y debería resultar una obviedad hacer hincapié en los estragos que semejante catástrofe provocada, causan y causarán en las vidas de quienes hoy sobreviven al derrumbe y completa destrucción de su hogar. También debería resultar una obviedad tratar de describir lo que significó para esa familia tener que reconocer a su hijo y a su hermano. Las retinas guardan las imágenes que habitarán en el alma”, añadieron en otro posteo.
“Otra obviedad sería tener que explicar que absolutamente TODO lo que había dentro de ese hogar se destruyó por completo, que no quedó absolutamente NADA. Y así, en medio de este infierno de sobrevivir a lo que era TODO y hoy es NADA se afronta día a día la existencia. Desde el 1 de abril hasta ahora se está esperando no solo el debido el accionar de la justicia, también se espera el debido accionar del gobierno, del que no se ha recibido ningún tipo de apoyo, ni siquiera un gesto de humanidad. Si no fuera por la familia y los amigos, Mercedes y Rosario hubiesen quedado literalmente en la calle. El dolor y la impotencia nos invaden en todo el cuerpo”.
El 1 de abril se derrumbó una obra en construcción en Pavón 3094, donde hacían trabajos de excavación. En consecuencia, se desplomó también el inmueble lindero, en Pavón 3078, de tres plantas. En un piso superior dormía Adrián Continello, sonidista de 32 años. Murió aplastado por los escombros. También hubo ocho personas heridas.
La Justicia ordenó allanar y secuestrar documentos en la empresa constructora Lybster SA y de la Dirección General de Registro de Obras y Catastro del Gobierno porteño. La causa está caratulada como homicidio culposo y recayó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 9. El único imputado era el arquitecto encargado del proyecto y de la dirección de la obra, Eduardo Agustín Aguaviva.
El lunes 8 de abril, a una semana del hecho, la familia hizo una protesta en Pavón y Urquiza. “La de mi hijo era una muerte evitable y el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta) tiene que dar la cara, porque él también es responsable de lo que pasó”, dijo Norma, la mamá de Adrián. Esteban, el hermano, llamó a “tomar conciencia de que debemos reclamar para que no nos sigan matando”: “Pagamos para que nos maten, votamos para que nos ignoren, no somos nada para los que gobiernan y ahora nosotros no sabemos cómo hacer para seguir adelante”.
La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) el 4 de febrero hizo una “denuncia de obra urgente” contra la empresa Lybster SA ante la Dirección General de Protección del Trabajo del Gobierno de la Ciudad por “reiterados incumplimientos en las condiciones de seguridad laboral, señalización y protección de zanjas y excavaciones”. El 14 de marzo la Agencia Gubernamental de Control (AGC) intimó a la empresa a remediar el problema con un plazo límite al 21 de marzo. La AGC dijo que estos factores “no tuvieron incidencia en el derrumbe de la obra, y que la misma se encontraba habilitada, tenía asignado un Director de obra, y contaba con un seguro”.
Diversos bloques parlamentarios piden informes en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Descreen de la rigurosidad de los controles oficiales. “La novia del joven fallecido comentó que los vecinos habían realizado varias denuncias desde el comienzo de la obra en diciembre de 2018. Particularmente, argumentó que todas las mañanas les temblaba la casa y que llamaron varias veces al 147 (número del Gobierno porteño), a lo que siempre les respondían que era normal”, dice un pedido del bloque socialista.
Tras el derrumbe, la ONG Defendamos Buenos Aires divulgó un estudio que concluyó que un tercio de las obras en construcción de la Ciudad de Buenos Aires (unas 4.000, de un total de 12.000) presentan “distintos tipos de deficiencias que las hacen inseguras”. También señalan que en los últimos 12 años hubo en suelo porteño 25 derrumbes, que produjeron 9 muertos, 99 heridos y $100.000.000 en daños materiales.
J.C.