Este domingo por la mañana la Fundación Huésped informó en sus redes sociales que sectores antiabortistas escracharon el frente de su sede ubicada en el pasaje Ángel Peluffo 3932, en el barrio de Almagro.
La Fundación emitió este comunicado: “Desde hace 30 años promovemos la discusión basada en la evidencia científica en un marco de respeto. La violencia y la intolerancia no pueden ni deben admitirse”.
Mostraron imágenes donde se puede apreciar que personas que todavía no fueron identificadas pintaron líneas celestes en el frente del inmueble. También hay un stencil con la leyenda “Lobby Abortista”.
El color utilizado es el mismo de la campaña “Salvemos las Dos Vidas” que usaron los sectores civiles y eclesiásticos que se opusieron a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
La Fundación Huésped desde el inicio del debate se mostró a favor de legalizar el aborto. Criticó que durante las exposiciones se hayan dado datos falsos o tendenciosos sobre salud pública. En ese contexto respondió con fuertes cuestionamientos cuando el doctor Abel Albino puso en duda la efectividad del preservativo.
Este perfil activo le valió ataques contantes por parte de los sectores que rechazan la legalización. Por ejemplo, cuando Senadores votó en forma negativa legalizar el aborto, el periodista Mariano Obarrio, una de las figuras públicas más relevantes de la campaña “Salvemos las Dos Vidas”, en su cuenta de Twitter llamó a suspender toda ayuda o financiamiento por parte del Estado, como una forma de penar la postura ejercida desde la Fundación.
El Director Científico de Fundación Huésped, Pedro Cahn, expuso en el plenario de comisiones del Senado a favor del aborto legal, seguro y gratuito. Expresó: “Mirar para otro lado a una problemática que existió, existe y existirá, como es la decisión de la mujer de interrumpir un embarazo no deseado, es claramente ser parte del problema (…) Cuando una mujer decide interrumpir un embarazo queda solo una vida por proteger: la de la mujer. La diferencia es si lo hará en condiciones seguras o si la condenamos, por pobre y excluida, al síndrome tricolor y a la muerte”.
J.C.
