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Balvanera: celebran los 40 años del Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires

Moreno 1949.

La legisladora porteña Cecilia Ferrero (Vamos Juntos) impulsa un homenaje por el 40° aniversario del Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires, Social, Cultural y Recreativo ubicado en la calle Moreno 1949 del barrio de Balvanera.

También se dispone la colocación de una placa con el siguiente texto: “LA LEGISLATURA DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES conmemora el 40° aniversario del Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires, Social, Cultural y Recreativo. 1982 – 25 de julio – 2022”.

La fundamentación del proyecto repasa la historia de esta institución de Balvanera: “El próximo 25 de julio del presente se conmemoran los 40° años del nacimiento del Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires, Social, Cultural y Recreativo, con personería jurídica I.G.J. N° 000458, histórica e importante institución gallega en nuestra ciudad. Históricamente, la Argentina ha sido el más importante de los destinos de la emigración gallega a nivel mundial. La nutrida participación de los gallegos en la vida de la tierra que los acogió puede verse desde los mismos albores de nuestra historia nacional, a través de la presencia de múltiples personajes destacados como exploradores, militares, pensadores, servidores públicos, pioneros del poblamiento argentino, empresarios, etc. Sin embargo, fue la masa anónima de inmigrantes galaicos la que más decisivamente contribuyó a la construcción del país moderno: nada menos que 1.100.000 entre los años 1857 y 1960. Si bien se asentaron de manera preferente en la ciudad de Buenos Aires y su periferia, gallegos hubo y hay en todas partes, a lo largo y a lo ancho del vasto territorio nacional, y su sangre corre por las venas de millones de argentinos”.

“Después de encontrar donde vivir y un modo de ganarse la vida, el paso siguiente en la adaptación del inmigrante consistía en la recreación de una red social secundaria. Con ese fin, los gallegos fundaron o se afiliaron a una plétora de asociaciones voluntarias de corte étnico, tanto a las genéricamente españolas como a las específicamente gallegas. De este modo, buena parte de su integración tuvo lugar a través de la participación en una colectividad o comunidad emigrante, que conforma un espacio de interacción social en el que se recrea aquel del que proceden sus integrantes. Aunque el asociacionismo galaico en el país tiene precedentes genéricos en el período colonial, su eclosión se corresponde con las últimas dos décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Las instituciones gallegas desarrollaron prácticamente todas las posibilidades de asociacionismo étnico, combinando la procedencia geográfica (regional, provincial, local, comarcal o parroquial) con los objetivos específicos que cada una perseguía (mutualistas médicas, beneficencia, culturales, recreativos, deportivos, etc.) que –por lo demás– solían ser múltiples”, se añade.

“Sólo en la capital argentina surgieron, entre 1904 y 1936, no menos de 327 sociedades gallegas, en su enorme mayoría de tipo microterritorial. El término que alude a formas asociativas polivalentes que adoptaban como marco espacial de actuación entidades geográfico-administrativas propias del país de origen inferiores a la provincia, como la parroquia, el municipio o la comarca, ámbitos territoriales de relación e interacción que constituían verdaderas esferas de recreación del espacio social. Desde sus comienzos –además del socorro mutuo para sus miembros– incluyeron entre sus objetivos la coordinación de esfuerzos para llevar a cabo iniciativas diversas en el país de origen. La mayoría exhibía un ideario político-social moderado vinculado a un proyecto democrático-progresista de contornos difusos, inicialmente centrado en problemáticas relacionadas con el poder local, que puede definirse como anticaciquil, de construcción de la sociedad civil y de regeneración. A menudo fueron llamadas “sociedades de instrucción”, más, en puridad, esa denominación sólo correspondería a las que tuvieron como objeto la creación o dotación de establecimientos escolares en sus lugares de origen, sin duda uno de los fines más importantes de estas entidades. La finalidad implícita en dicha obra era contribuir a la regeneración individual del campesino gallego, hacerlo consciente de sus derechos, prepararlo para luchar por su emancipación, capacitarlo para la acción colectiva y, según lo entendían sus propulsores, terminar así con el caciquismo y fanatismo religioso que invalidaba sus derechos democráticos”, rescata el proyecto.

“El Partido Judicial de Lalín, correspondiente a la provincia de Pontevedra, comprende los municipios de Agolada, Dozón, Lalín, Rodeiro, Silleda y Vila de Cruces. Ya en 1904, el periódico porteño Nova Galicia anunciaba la celebración de una asamblea de lalinenses para tratar la construcción de un cementerio en aquel municipio. Cuatro años después, acicateada por el proyecto de dotar con un hospital a la vila de Lalín, nació la Sociedad Hijos del Partido de Lalín, a la que seguirían ese mismo año Hijos de Silleda y, en 1921 y 1930 respectivamente, Unión del Partido de Lalín e Hijos del Ayuntamiento de Golada y sus contornos. Sin duda, uno de los logros más hermosos de la emigración gallega ha sido la construcción de más de 300 escuelas, dotadas y/o mantenidas en Galicia gracias a la financiación de las sociedades étnicas galaicas creadas en el continente americano. Las instituciones fundadas por los naturales del Partido Judicial de Lalín no estuvieron ausentes en esa gran obra, pues entre 1912 y 1930 crearon nada menos que siete”, se informa.

“Las sociedades microterritoriales del Partido Judicial de Lalín han continuado su vida hasta nuestros días. Es cierto que, a partir de 1939, sus posibilidades de actuación a favor de sus comunidades locales de origen se circunscribieron (en razón de la nueva situación política española) prácticamente al campo de la beneficencia. Aún así continuaron (y continúan) jugando un papel de lugar de sociabilidad para los emigrantes, integrando en muchos casos a los hijos y nietos de los socios que no retornaron a Galicia”, se expone.

“En tiempos de la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), algunas de las sociedades gallegas en el país se convirtieron en un lugar de refugio y apoyo para los perseguidos por el régimen. Durante esos años, la sede de Hijos del Partido de Lalín, ubicada en la calle Moreno 1949, fue el lugar en el que Raúl Ricardo Alfonsín, futuro presidente de la República y figura clave en la restauración democrática del país, se reunía de forma clandestina con otros dirigentes políticos, hecho que hoy recuerda una placa de bronce instalada en aquella casa. Los días pasados en ella fueron la base de una relación que, con el tiempo, desembocó en la visita que el ya presidente realizó a la vila de Lalín el 15 de junio de 1984, cuando fue recibido de forma apoteótica por las más de 15.000 personas que abarrotaron la plaza principal de la localidad, que cerró sus escuelas y comercios en honor del ilustre visitante y lo nombró “Hijo Adoptivo” y, tiempo después, inauguró en un parque público un monolito que recuerda su visita”, consta en la defensa parlamentaria.

“Tras dos intentos (a comienzos de la década de 1930 y durante la de 1970), las entidades de nativos del Partido Judicial de Lalín se fusionaron, el 25 de julio de 1982, en un único Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires, Social, Cultural y Recreativo, ubicado desde entonces en aquella misma dirección de Moreno 1949. Este se convierte así en el continuador histórico de la labor de aquellas viejas sociedades que, durante sus primeras cuatro décadas, ha fomentado los vínculos de camaradería entre sus asociados, cultivando y difundiendo el espíritu asociacionista, establecido relaciones con otras entidades gallegas en el país o que se interesen por las distintas manifestaciones de la cultura gallega, propendiendo siempre al fomento y divulgación de dicha cultura en suelo argentino, al mismo tiempo que incentivaba, entre sus miembros, el amor a la patria de adopción”, se suma.

“Al alcanzar sus primeros 40 años, y con el fin de reconocer el trabajo y la historia de esta institución, es que solicito a esta Legislatura la aprobación del presente proyecto de resolución”, concluye el homenaje en la Legislatura porteña.

J.C.
Foto: Worldorgs – Centro Lalin, Agolada y Silleda en la ciudad Buenos Aires

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