Se extiende el aislamiento social obligatorio para evitar contagios y muertes por coronavirus, lo que implica que centros culturales, teatros, espacios alternativos de arte sigan de puertas cerradas. Lo que antes era un debate en torno a sobrellevar el momento para poder cumplir con todos los pagos ahora llegó a un nivel donde lo que está en juego es la continuidad.
A comienzos de junio el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), donde participan muchas salas y espacios de la zona del Abasto, manifestó la necesidad de declarar la Emergencia Cultural en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“El cierre por tiempo indefinido de los espacios culturales independientes, producto de la emergencia sanitaria en la que nos encontramos, está teniendo un efecto devastador y, en algunos casos irreversible, en la cultura independiente”, exponen y suman: “Son muchos los espacios que ya confirmaron que no reabrirán sus puertas nuevamente. Hoy en día peligran más de cuatrocientos cincuenta (450) espacios culturales que son la fuente y lugar de trabajo de miles de trabajadores del arte y la cultura porteñas”.
Para los integrantes de MECA la cuarentena y sus efectos sociales y económicos “ponen en evidencia la precariedad y vulnerabilidad históricas a la que estamos expuestos desde hace muchos años como sector”: “Desde siempre como agentes culturales autogestivos, apostamos a tejer estrategias de conjunto que nos permitan afrontar las adversidades que se nos presentan: creemos que la salida es colectiva. Sin embargo, hoy sólo con nuestro esfuerzo no alcanza”.
La situación para estas cientos de salas y espacios de arte es tan grave que demanda una presencia activa del Gobierno porteño con políticas públicas para “amortiguar los efectos que genera cumplir con el ASPO”. “La falta de respuestas concretas que recibimos por parte del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es alarmante y el panorama, desalentador”, lamentan.
“Quienes integramos el sector de la cultura y artes independientes estamos orgullosos del rol social que cumplimos fomentando la cultura comunitaria e inclusiva. Es urgente que el Gobierno porteño atienda las dificultades que nos afectan para en un futuro”, concluyen.
Firman este comunicado decenas de espacios de arte. A nivel local adhieren los vecinos actores de Sin Telón, teatro comunitario de Abasto – Almagro (ensayaban en la Plaza Almagro y en el Teatro Archibrazo de Mario Bravo y Valentín Gómez); Futurock (Medrano y Humahuaca); Casa Trans de San Cristóbal (Jujuy 1343); Caras y Caretas (Sarmiento 2037).
Hablando de espacios de la zona del Abasto y alrededores, muchos venían con problemáticas de subsistencia de distinto tipo. Habíamos comentado sobre la Casona Cultural Humahuaca que había lanzado el año pasado la campaña 500 x 100 para que habitués y vecinos donen en forma periódica cien pesos a fin de garantizar mes a mes el sostenimiento de este espacio de arte comunitario en Humahuaca y Bustamante. La situación se agravó con el aislamiento. En este momento realizan delivery de alimentos, pero las cuentas todavía no cierran.
A pocas cuadras está el Panda Rojo, en Sarmiento y Jean Jaurès, abierto en el verano de 2018. Allí había muestras de arte, música y poesía en vivo, talleres, entre otras expresiones. En la actualidad están cerrados. Por eso lanzaron una campaña digital de subsistencia: “El Panda hoy les necesita. Ayudanos a sostenerlo. Hay distintos tipos de recompensas que vamos a dar cuando la emergencia sanitaria se termine”. Consiste en abonar promociones entre $100 y $2.000 para ayudar financieramente hoy al Panda y retirar una vez que finalice el ASPO.
El Teatro Mandril de Humberto I y Jujuy lanzó el año pasado la campaña Soberanía Cultural para juntar fondos y comprar el galpón donde montaron el espacio cultural, administrado en forma cooperativa. Hasta el momento lo alquilaban y el dueño tenía planes de ponerlo en venta. La fecha límite para juntar el dinero era abril de este año, pero todo se pausó ante la cuarentena.
Para subsistir en tiempos de aislamiento, el Mandril realiza, como la Casona, delivery de alimentos caseros. Además, organiza espectáculos de arte transmitidos online, con una gorra virtual para sostener el centro cultural y pagarle a los artistas.
Por otra parte, MECA junto a la Cámara de Clubes de Música en Vivo y Escena (Espacios Escénicos Autónomos) emitieron un comunicado conjunto sobre los problemas para pagar los alquileres durante el ASPO.
“En primer lugar, es indudable que el COVID-19 es un caso de fuerza mayor ya que las medidas para combatir la pandemia se transformaron en un impedimento absoluto para el sector cultural (entre muchos otros). Las restricciones previstas por el Estado son un ´hecho que no ha podido ser previsto o que, habiendo podido ser previsto no ha podido ser evitado´, esto es, la definición de fuerza mayor en el Código Civil y Comercial de la Nación (cf. Art 1730)”, explica el comunicado.
Sin embargo, estos espacios alientan a seguir sosteniendo un enfoque solidario: “Por derecho, las entidades culturales no estamos obligadas al pago de los alquileres, ni a la cancelación de los pagarés o mutuos. Sin embargo, creemos que lo más importante es tener un enfoque solidario, entendiendo que la pandemia nos afecta a todos de manera distinta. Prioricemos el consenso, evitemos acciones legales y garanticemos la continuidad de los espacios culturales”, concluyen.
J.M.C.
Estudio Razendo
La redacción de esta revista permite a su vez otras actividades como yoga, artes marciales, danzas, ejercicios físicos y culturales apuntando a la salud. El costo de mantenimiento se solventaba, además que con el aporte de la revista, con los ingresos de las actividades. Lamentablemente todo se ha visto interrumpido. Algunas clases siguen online, pero el espacio está lejos de cubrir el mantenimiento, incluso aunque los dueños hayan rebajado el alquiler. Tampoco la revista está en su mejor momento, fruto de lo frenado que está el comercio barrial. Sería interesante que gastos como ABL, agua, gas y luz bajen para que el sostenimiento del espacio sea posible.
Cultura online
El Gobierno porteño elaboró un protocolo que permite reabrir teatros, milongas, centros culturales independientes y demás espacios para hacer transmisiones online con un acotado número de artistas y productores en el lugar.
Fuentes oficiales dicen: “El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires anuncia la ampliación del protocolo de seguridad para el sector de la música que entró en vigencia el 9 de junio pasado, para incluir más espacios al desarrollo de la actividad de creación, interpretación, grabación en estudio y transmisiones vía streaming. Esta ampliación de actividades sigue las normas dictadas por los organismos jurisdiccionales y nacionales, y mantiene la medida preventiva de su realización sin público presente”.
“A los espacios ya habilitados (clubes de música, salas de ensayo, teatros y estudios de grabación de sonido) se agregan: Espacios culturales independientes; Centros culturales; Teatros independientes; Salones de milonga; Peñas; Estadios cubiertos; Locales de baile clase C; Locales de música, canto y variedades; Estudios de filmación y fotografía; Estudios de radio; Estudios de televisión; Espacios culturales y teatros de gestión pública”.
El formulario para realizar ésto se podrá descargar de la web.
Olla Popular Marielle Franco en Carlos Calvo y Alberti
El domingo 14 de junio al mediodía se realizó la primera olla popular Marielle Franco en Casa Marielle Franco de Carlos Calvo y Alberti, barrio de San Cristóbal. La iniciativa la impulsan desde Democracia Socialista y Organización Revolucionaria Guevaristas y a su vez también en coordinación con el Comité Solidario de la Comuna 3.
Cuentan que hubo buena recepción tanto de gente que se acercó por necesidad como de vecinos que hicieron aportes espontáneos. Nos cuentan que “no sólo se acercaron personas en situación de calle, sino incluso vecinos que alquilan, pero que sus magros ingresos, no les alcanzan para cubrir gastos básicos como la alimentación”. Explicaron a este medio que se sumaron a las “iniciativas solidarias de ollas porque vemos la creciente necesidad que existe de resolver el alimento para muchos sectores. Fue un inicio modesto pero muy movilizante.”
Casa Marielle Franco lleva el nombre en honor a la militante brasilera asesinada por su activismo político en el 2018. Se definía como mujer, feminista, negra e hija de la favela.
Cuentan que por ahora la Casa de Marielle Franco seguirá con este aporte a la comunidad los domingos de 10 a 14, y en dicho horario, quien quiera acercar alimentos o incluso ropa puede hacerlo.