Hace un año se aprobó la Ley nacional para convertir en Espacio de Memoria el inmueble en el que funcionó el boliche República de Cromañón, en Mitre entre Ecuador y Jean Jaurès, a metros de Plaza Miserere. Hasta el momento, no avanzó el trámite de expropiación, lo que pone en alerta a las agrupaciones de familiares y sobrevivientes de la peor tragedia no natural argentina, el incendio ocurrido en Balvanera el 30 de diciembre de 2004, por la cual murieron 194 personas y hubo casi mil heridos.
Así, a comienzos de octubre el Movimiento Cromañón manifestó: “Tenemos Ley, no tenemos expropiación. Tenemos Ley, no tenemos tiempo”.
María Luján Rossi, sobreviviente e integrante de Movimiento Cromañón dijo a Revista El Abasto: “A un año lamentamos que el Poder Ejecutivo no reglamentó el Decreto para hacer efectiva la expropiación, para tomar posesión del inmueble y llevar adelante los pasos necesarios para poner a punto el lugar, para planificar las actividades del Espacio de Memoria con el resto de la sociedad”.
Mencionó que hay un Decreto confeccionado por las nueve organizaciones de familiares y sobrevivientes que lucharon por el Espacio de Memoria y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el cual fue derivado a distintos sectores del Estado, pero no “hubo devoluciones favorables”.
“Esta lentitud nos preocupa porque estamos en época de elecciones, el futuro es incierto”, remarcó.
“Cromañón no tiene que volver a suceder, es un tema de interés común, el Estado es responsable y como parte de la reparación integral debe ser recuperado este espacio. Exigimos que el Ejecutivo se expida de inmediato”, concluyó.
Por su parte, Osvaldo Balosi, sobreviviente de Cromañón e integrante de la Coordinadora Memoria y Justica por Cromañón, dijo a Revista El Abasto que se está “en pleno proceso de negociación de la redacción del Decreto reglamentario de la Ley de Expropiación con la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia de la Nación”.
De las zapatillas en la basura a la lucha colectiva
Tras los juicios por la tragedia y masacre, la Justicia devolvió en 2018 el inmueble a Rafael Levy, el empresario y propietario que se lo alquilaba a Omar Chabán, gerenciador de Cromañón. Desde entonces, los familiares alertaban ante posibles usos comerciales del edificio de Mitre 3060, de una saladita a departamentos. Al poco tiempo, ingresaron personas a pintar las paredes y tirar a la basura pertenencias de las víctimas y sobrevivientes, elementos que estaban allí desde el día del incendio, como zapatillas, documentos y ropa.
“Ahora Levy tiene en su poder el edificio. Cuando se lo devolvieron borró una parte importante de aquello que es prueba y testimonio de lo que sucedió aquella noche”, remarcó la sobreviviente María Luján Rossi. “Por eso hacemos responsable al Estado por cualquier cosa que pudiera suceder dentro del espacio hasta que no sea expropiado como corresponde”, agregó.
Con la pérdida de las pertenencias de las víctimas como antecedente, las agrupaciones de familiares y sobrevivientes presentaron una gran cantidad de proyectos de Ley para que la Legislatura porteña expropie el edificio, pero por falta de apoyo del oficialismo perdieron estado parlamentario una y otra vez. En el medio, el GCBA avanzó con la instalación del Memorial en el Parque de la Estación, a pocas cuadras. Fue ante una sentencia judicial sobre una antigua denuncia para emplazar un monumento frente al ex boliche.
Sin respuestas, a mediados de 2022 las entidades por Cromañón ingresaron un proyecto de Ley en Diputados de la Nación, con impulso de la diputada nacional Paula Penacca (Frente de Todos). En pocas semanas, entre septiembre y octubre, se aprobó en ambas cámaras.
“Conservación de la memoria colectiva”
Así, la Ley nacional N° 27.695 plantea la expropiación del edificio. Para este Espacio de Memoria se deben “conservar los elementos testimoniales de la masacre, que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica que se debe preservar”. Asimismo, “se deberán garantizar las acciones de conservación preventiva, curativa y de restauración dentro del predio”.
El inmueble a expropiar, la calle aledaña y el “Santuario” armado afuera del local (sobre la calle Mitre, llamado Paseo de las Almas o Paseo Los Pibes de Cromañón), componen una “unidad de sentido en relación al respeto y la conservación de la memoria colectiva, por lo que gozarán de protección por parte el Estado”.
También se establece que “la autoridad de aplicación tendrá a cargo la puesta en funcionamiento y administración del espacio con participación de los familiares de las víctimas fatales y las víctimas sobrevivientes”.
La expectativa continúa
En el aniversario de la sanción, Balosi señaló que la diputada Penacca es “un puente entre las organizaciones y Presidencia de la Nación” para lograr la reglamentación en breve.
En tanto, en los primeros días de octubre el Movimiento Cromañón afirmó en un comunicado: “Seguimos esperando una reglamentación que efectivamente expropie el inmueble y tome posesión”.
“Cromañón sigue en manos de Rafael Levy. Exigimos una reglamentación que sea, adecuada, justa y contundente que nos incluya en la participación y toma de decisiones sobre el espacio”, añadieron.
“Sin las organizaciones de víctimas sobrevivientes y familiares de víctimas no hay Espacio de Memoria. Tenemos memoria, no tenemos espacio. Tenemos Ley, no tenemos expropiación. Tenemos Ley, no tenemos tiempo”, concluyeron.
Juan Manuel Castro