La Legislatura porteña declaró este jueves sitio de interés cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a La Esquina de las Aceitunas, sita en Guardia Vieja 3602, en la zona del Abasto. Además, colocarán una placa conmemorativa. Fue por impulso de la legisladora Marcía Cecilia Ferrero (Vamos Juntos).
Hay que mencionar que a menos de media cuadra existe la La Casa de las Aceitunas y los Encurtidos, sobre Guardia Vieja 3579, “cuatro generaciones trabajando para ustedes de sol a sol en Abasto”, a cargo de la cuarta generación de descendientes de los fundadores, los Katsaounis.
Sobre La Esquina, el proyecto dice: “Este comercio histórico representa fielmente parte del patrimonio cultural porteño y del barrio donde se asienta. Por eso, con el fin de darle visibilidad y destacar su aporte a la Ciudad a través de los años, merece sin dudas este reconocimiento”.
La defensa del proyecto señala: “El presente proyecto de resolución busca reconocer a La Esquina de las Aceitunas como sitio de interés cultural de la Ciudad. Se trata de un negocio histórico arraigado en la zona del Abasto, en el barrio de Almagro, cuya presencia ha enriquecido la identidad local y la vida de sus residentes durante varias décadas. Este emprendimiento, transmitido de generación en generación dentro de una familia comprometida, ha dejado una huella indeleble en la historia del barrio”.
“Este negocio no solo ha conservado su ubicación original, sino que también ha mantenido intacta las estructura que lo alberga, preservando así la autenticidad de la época en la que surgió. Pero más allá de su apariencia física, lo que realmente destaca es su arraigo a tradiciones y métodos de trabajo que han perdurado a lo largo del tiempo. Estos oficios característicos son testigos vivos de la evolución del barrio y su comunidad”, se agrega.
Por eso, se afirma que “se trata de un comercio histórico porque forma parte importante de las tradiciones y costumbres locales en donde se asienta. Se ha convertido en un lugar emblemático para los habitantes del barrio, generando un vínculo estrecho con la comunidad”.
En cuanto a la historia, se dice: “La Esquina de las Aceitunas es una pintoresca esquina del barrio de Almagro. En
cercanías del antiguo Mercado de Abasto, se alza una casona de 1894 con paredes de ladrillo a la vista, enormes ventanales y techos altos. Desde el 27 de agosto de 1958, “La Esquina de las Aceitunas” abre sus puertas en este lugar único”.
“En la intersección de Guardia Vieja y Billinghurst, se encuentra uno de los negocios más emblemáticos de la zona del Abasto, dedicado principalmente al arte de las aceitunas. Sus productos, que evocan los sabores del Mediterráneo, incluyen aceitunas verdes, negras, de diversos tamaños e incluso rellenas. Los orígenes de este negocio se remontan a Constantino Katsaounis, quien emigró desde Grecia y trajo consigo los saberes de su tierra natal. Tras llegar a Buenos Aires, trabajó como repartidor hasta que uno de sus clientes, Gabriel Mesquida, un productor de aceitunas, lo invitó a abrir un local juntos”, comenta la defensa parlamentaria.
“En sus primeros años, el enfoque del negocio fue la venta al por mayor, siendo los repartidores sus principales clientes. Durante esa época, se estima que se vendían entre 100 y 150 kilos de aceitunas por día. Con el tiempo, el local de Don Costa (como cariñosamente se le llamaba a Constantino) ganó una base de seguidores en el barrio debido a la calidad y variedad de sus productos. “La Esquina de las Aceitunas” se convirtió en un emprendimiento familiar, atendido por la misma familia y convertido en una tradición arraigada. En la década de los ‘90, se amplió la oferta para incluir conservas, encurtidos, legumbres y especias. Una larga fila de clientes en la esquina se convirtió en una escena común en cualquier momento del día, excepto entre las 12 y las 14 horas, cuando el local permanecía cerrada”.
“Don Costa vivió hasta los 93 años y continuó participando activamente en el negocio hasta su último día. En su honor, una variedad especial de aceitunas que preparan en el local lleva el nombre del “fundador”. En la actualidad, el emprendimiento familiar está a cargo de Claudio Katsaounis, sobrino nieto de Don Costa, quien siente una profunda admiración por su tío abuelo y comenta: “Crecimos con esto. Es gratificante mantener viva la tradición familiar”. Hoy en día, los vecinos aún evocan las imágenes de los antiguos toneles de madera repletos de mercadería, que solían estar a la vista en el centro del salón. Esta escena perdura en la memoria colectiva como una parte entrañable de la historia y el carácter único de La Esquina de la Aceituna”, se concluye.
J.C.