El Domingo de Resurrección para el cristianismo es un día de celebración ya que conmemora el desafío a la muerte de Jesús quien luego de la crucifixión retorna para culminar con el mandato divino de Dios.
El Domingo de Resurrección es una de las celebraciones más importantes para el cristianismo, un día de alegría y esperanza en los humanos de fe. La resurrección confirma el origen santo de Jesús el Cristo, por eso se rinden honores a su sacrificio demostrando que realmente era el salvador de la humanidad.
Luego de que el jueves por la madrugada los soldados romanos por insistencia del sanedrín (consejo de sabios y un rabino que hacían la función de juez) crucificaran a Jesús, el Cristo, quien sufrió previamente torturas y tormentos hasta que el viernes terminan mantándolo sin que lograran inclinarlo ante ellos sosteniendo ser que era el hijo de Dios. La fe cristiana sostiene que al caer la sangre del Cristo en la tierra ésta nos llegó a todos. A partir de ahí los seres humanos tenemos, gracias a esa Energía Crística que entró en la Madre Tierra, la posibilidad de retornar al mundo espiritual del Dios Creador.
Su “delito” fue cuestionar a los intermediarios de un falso dios sosteniendo que hay un solo Padre Eterno, un Dios Amoroso del cual estamos hechos a imagen y semejanza por lo que nuestras capacidades y virtudes internas son mucho más grandes de lo que usamos. Vino a despertar la divinidad que hay en todos los seres humanos.
Hoy finaliza la Cuaresma y es el inicio de la Pascua. Una fecha en la que se volvió costumbre regalar huevos de chocolate. Los huevos de Pascua son un elemento relacionado con la resurrección de Jesús que viene de la Edad Media cuando las iglesias tomaron como hábito pintar y decorar los huevos de gallinas. Se asocia la resurrección de Jesús, quien se levantó de su tumba envuelto en la Santa Sábana en la iglesia del Santo Sepulcro, representando así una nueva vida emergente de la cáscara.