Es una iniciativa creada en 2012 por Romina Rascovan que inició en Le Troquet de Henrry, de Guardia Vieja y Bustamante.
Un proyecto que nació en las noches abastenses este verano cumplió 300 ediciones. Encuentro de Metegol, ideado por la joven Romina Rascovan, tuvo sus primeros picados en el bar Le Troquet de Henrry, de Guardia Vieja y Bustamante.
“De chica iba a los juegos de Miramar, donde veraneo siempre. Tengo el recuerdo de jugar con mi familia. De grande me reencontré con el metegol en el bar Le Troquet de Henry. Salía del trabajo y la dinámica del bar era “ganador queda en cancha”. Pensé en organizar un torneo para que todos jugaran varios partidos. La idea era pasar toda la noche jugando. Lo arranqué con mucho corazón, pasión y energía”, recuerda sobre los comienzos, en julio de 2012.
Durante mucho tiempo hubo actividad en el Abasto y en el presente todas las semanas hay encuentros en el bar Diggs de Plaza Serrano (Serrano 1580) y también en el histórico Café San Bernardo de Villa Crespo (Corrientes 5436), barrio donde vive Romina.
En cada jornada se disputa un torneo autoconclusivo, con parejas espontáneas formadas en el momento. Como esta actividad tiene un perfil más recreativo que de competición, se suelen alternar habitués y experimentados con iniciantes.
El rito aquí es un apretón de manos cruzado entre las dos parejas que disputan cada partido. Entre picado y picado, la gente charla, se divierte, nacen amistades o camaraderías.
Para Romina, el mayor reconocimiento es que la gente vuelva: “Está pensado para que inicie y termine en el día. Tiene un enfoque social, no tan competitivo. Se intercala gente que juega muy bien con quienes recién empiezan. La idea es divertirse. Hay premios y medallas para el ganador, pero también para el último puesto. Hay sorteos de birra, de papas fritas. Importa que la gente venga, se divierta, haya un buen clima, tenga ganas de volver”.
Resalta: “considero como algo importante llevar adelante este proyecto siendo mujer, en un ambiente que está ligado a lo masculino. Organizo torneos mixtos y femeninos para fomentar y darle visibilidad a las mujeres en un momento donde hay reivindicaciones profundas de este tipo”.
En estas 300 ediciones muchas personas, desde su lugar, ayudan a este proyecto. La empresa Metegolazo donó un metegol para los torneos. Hay quienes dieron medallas e incluso hay gente que colabora al editar videos para dar mayor difusión en redes sociales.
Fruto de las noches en el Abasto, hace ocho años nació un proyecto que se consolidó en el tiempo como un clásico de la noche porteña: un espacio de ocio y diversión donde iniciar o consolidar vínculos.
J.M.C.