Nacido en Rosario, vino a la Ciudad de joven y luego recorrió buena parte del mundo con su música.
“He tenido una linda vida”, suspira con emoción Juan Manuel Hernández, vecino del Abasto, músico desde hace más de medio siglo, compositor y difusor. Ha tocado melodías griegas en distintos países de Europa y el Cono Sur y asimismo ha llevado tangos clásicos y de su autoría por las ciudades de Grecia.
Nació hace 83 años en Rosario en una familia con antepasados griegos, así que desde muy joven incorporó los sonidos y sabores de la región.
Sus primeros pasos en la música fueron como guitarrista. A mediados de los años sesenta, recuerda Juan Manuel, tocaba con varios artistas en un espectáculo de música flamenca en el Teatro La Comedia de Rosario.
Una noche, de forma impensada, su destino empezó a sellarse. “A la salida del teatro fuimos a un bar griego que estaba en frente. Un hombre tocaba el buzuki, guitarra griega. Yo estaba con mi guitarra criolla al hombro. Cuando el dueño del lugar me vio, me pidió que acompañe a ese músico. Antes que me diera cuenta ya me habían puesto una silla y un micrófono. El mozo hacía de intermediario y traducía, él hablaba en griego y yo, solo castellano. Igual, él tocaba de oído, así que me tocó una sola cuerda y sobre eso agarré el tono. Eso fue todo. Así arrancamos”, evoca Juan Manuel.
No fue solo una noche de música en el bar griego de Rosario. Con aquel músico que tocaba de oído, llamado Andonatis Paplomatas, formó un dúo con el cual tocó en varios lugares y editó a fines de los años sesenta el disco Grecia, canta y baila, bajo el nombre “Yanis y su conjunto”, mediante el sello Disc Jockey SAIC.
Se trata del nombre artístico de Juan Manuel: Yanis Gabiand. Según nos cuenta, es un homenaje a dos de sus hijas: Gabriela y Andrea. “Grecia, canta y baila” es un sello distintivo en la obra de Juan Manuel, con el cual editó luego muchos discos más con canciones populares de la región.
En cuanto a este primer trabajo, si bien es un Long Play editado hace casi 50 años, en la actualidad es posible escucharlo a través del canal oficial de RGS Music Argentina en YouTube. Tiene miles de visitas y al día de hoy es muchísima la gente que deja comentarios celebrando esta obra.
Se trata de 12 temas instrumentales, basados en músicas populares. Entre los que se destacan: Hombres y hombrecitos (ANTHROPI KE ANTHROPAKIA); Hoy sábado (SÁBATO SIMERA); Yo, tú y nada más (EGÓ, SKÝ KE TÍPOTA ALO); Que escondo en mi corazón (TI KRIBO MESA STÍ KARDIA); BOTANIKÓS.
Vale recordar que por esa época la cultura griega había logrado un lugar en la cultura popular, ya que en 1965 se había estrenado la película Zorba, el griego, con dirección de Mihalis Kakogiannis y música compuesta por Mikis Theodorakis, recientemente fallecido.
Al iniciar los años setenta, Juan Manuel vino a vivir a la Ciudad de Buenos Aires, traído por Andonatis. El objetivo era lograr trabajo estable al tocar en distintos bares y boliches. Ya en esa época tocaba tanto la guitarra criolla como el buzuki. “Empezó una buena época. Negocios griegos había tres o cuatro. Yo tocaba en uno que se llamaba Rincón Oriental, que estaba en 9 de Julio y Córdoba”, recuerda. Por esa época se instaló en Viamonte y Ecuador. Luego de varias mudanzas, en la actualidad reside en torno a Corrientes y Bulnes.
La experiencia de aquellos años dio lugar a muchos conciertos en vivo, giras en el país, e incluso un tiempo en que recorrió varios países de Sudamérica, llevando a cada uno de ellos los sonidos de Grecia. “Estuve todo un año y medio en Lima, Perú. Ahí inicié la música griega. También estuve en Chile, Paraguay, Montevideo (Montevideo), Santos (Brasil)”, evoca.
Este recorrido abrió las puertas de una nueva etapa en la vida y la carrera de Juan Manuel. En Brasil luego de tocar en distintos bares y boliches portuarios entró en contacto con un grupo de marineros de origen griego que trabajaban de hacer distintas diligencias. Decidió acompañarlos para ganarse la vida de distintas formas, desde tocar su música hasta hacer tareas sobre la vida de mar.
Al partir el barco se dirigió a Europa, la cual Juan Manuel recorrió de puerto en puerto. Los lugares que más recuerda son Biarritz, al sur de Francia, o el Canal de la Mancha, donde visitó antiguos territorios que fueron escenario de la primera guerra mundial.
En un día a día donde todo era nuevo, los escenarios cambiaban todo el tiempo y la incertidumbre se combinaba con la aventura, Juan Manuel encontró la forma de incorporar el tango a su repertorio de música griega, algo que fue un antes y un después en su carrera.
El hecho lo recuerda como una revelación: “Estábamos una tarde en el puerto, miré las aguas hacia el sur, donde estaba Argentina. Ahí escuché o creí escuchar el tarareo de «Lejana tierra mía», el tango de Carlos Gardel. Nunca supe de donde vino. Me volví loco. En un lugar recóndito, con gente que hablaba otros idiomas y de repente llegó esa frase. Así fue que a partir de ese momento incorporé en el repertorio Lejana tierra mía y otros tangos. El público agradecido”.
Al volver al país y dejar aquella vida nómade, Juan Manuel retornó a los bares y boliches de la zona, ya nutrido de la visión en el puerto y dispuesto a hacer convivir mediante su buzuki al dos por cuatro y los sonidos griegos.
Testimonio de ello es, por ejemplo, el disco compacto Grecia, canta y baila editado en 2009 que incluye clásicos como “Nunca en domingo”, “Zorba, el griego”, “Serbiko”. También incluyó El Choclo y La Cumparsita como “tangos a la griega”.
Asimismo la veta compositora de Juan Manuel. Es autor de la milonga a cuatro guitarras “A Boca, campeón del mundo”, creada en 2003 a pedido de un amigo ante la obtención de la Copa Intercontinental.
De hecho, esta canción la tocó en Atenas y otras ciudades de Grecia durante un viaje realizado con amigos que incluyó la visita a varios sitios históricos. La estadía fue a pocas cuadras del Partenón.
En aquella visita a Grecia su presencia generó interés entre fanáticos del tango, un género muy presente en la región. La figura de Juan Manuel se convirtió en un puente entre culturas al poder ponerlas en diálogo mediante la melodía de su buzuki.
En la línea compositiva, creó también junto a su hija Damaris el tango “Colón de Santa Fe”, inspirado en el centenario de la institución deportiva, celebrado en 2005. Al tiempo, la Secretaría de Cultura de Santa Fe declaró a esta canción de Interés Cultural.
“Vivo en el Abasto, recorrí el mundo con mí música, pero conservo las raíces de donde nací. Por eso allá me dicen tanguero, griego y sabalero”, bromea Juan Manuel, al recordar con orgullo la distinción oficial y también el cariño de los hinchas ante esta composición.
Otros tangos que compuso fueron “Vieja pelota”, un homenaje al fútbol que menciona a Diego Maradona, y “Evangelina, de Gualeguaychú”, dedicada a la bailarina de carnaval Evangelina Carrozzo que en la IV Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe de 2006 lució ante presidentes de todo el mundo un cartel contra la instalación de plantas de celulosa sobre la orilla del Río Uruguay. “Me impactó enormemente su actitud”, evoca el músico.
En la actualidad, Juan Manuel continúa activo con su música, tocando la guitarra griega en eventos privados. La suya ha sido una vida plena llena de aventuras y nuevos horizontes, puertas que se abrieron gracias al talento de sus canciones, con un legado donde la música popular griega tiene su punto de encuentro con el tango.
J.M.C.