Este jueves la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó una ley para declarar “de Interés Cultural de la Ciudad, el conjunto de Murales realizados por las propias víctimas, organizaciones sociales, vecinas/os, socias/os, deportistas e hinchas de los clubes donde estos se ubican, los que interpretan desde una óptica generacional los sucesos acaecidos en el establecimiento República de Cromañón. Los mismos, se encuentran ubicados en la cercanía a las locaciones de los clubes, Club Atlético All Boys y Club Comunicaciones, en los que estos buscan preservar y fomentar la memoria colectiva a través de estas expresiones artísticas”. Fue por iniciativa de los legisladores Claudia Neira, María Rosa Muiños y Leandro Santoro (Frente de Todos).
El incendio en el boliche República Cromañón (Mitre y Ecuador) ocurrió en la noche del 30 de diciembre de 2004, por el cual murieron 194 personas y hubo miles de heridos, algunos con secuelas de por vida.
Los fundamentos del proyecto señalan: “A través de este proyecto, se busca que la Legislatura declare de Interés Cultural de la Ciudad al conjunto de Murales realizados por las propias víctimas, organizaciones sociales, vecinas/os, socias/os, deportistas e hinchas de los clubes donde estos se ubican, Club Atlético All Boys -del barrio de Floresta- y Club Comunicaciones -del barrio de Agronomía-, en los que estos buscan preservar y fomentar la memoria colectiva a través de esas expresiones artísticas. Los murales como expresión artística, que es parte de su entorno y lo trasforma, así como a su vez es transformado por él, crea un cuadro sin marco y pasa a ser parte del barrio mismo”.
“Estas imágenes, que sin permiso nos interpelan, son una sacudida necesaria al recuerdo y a la memoria de muchos, pero también disparadores de preguntas y debates no solo de nuestra generación sino de aquellas que nos suceden. Cromañón es una de las grandes historias de una generación, fue un hecho que cambió para siempre la forma de relacionarse desde la juventud con la música, con el arte y con los espacios culturales, pero también cambió la forma de relacionarnos entre nosotros. Es una historia colectiva de respeto y solidaridad. Una declaración política de una generación que encontraba en las manifestaciones culturales y populares un lugar para sus ideales y más importante aún, encontraba allí miles de jóvenes con quien compartirlos”.
“Quizá sea porque muchos crecieron escuchando que “las calles son nuestras, aunque el tiempo diga lo contrario” en todos nuestros barrios las paredes cuentan esta historia y contarla es repensarlo y recrearla. Es necesario, que estas manifestaciones culturales creadas por las mismas víctimas de cromañón, junto con los vecinos del barrio y socios, deportistas e hinchas de los clubes sean mantenidas, restauradas y sean anclaje de actividades que promueven la memoria activa. Pero también es fundamental remarcar la importancia del reconocimiento del estado a través de la “Declaración de interés cultural de la Legislatura”, que constituye una reivindicación simbólica y necesaria que es parte de la cura, nos solo para las víctimas directas de cromañón sino también para toda una sociedad atravesada sensiblemente por el hecho”.
“Asimismo, cabe destacar, el fundamental rol social que tienen las instituciones deportivas, al considerar el deporte como una disciplina formativa y un instrumento para una socialización democrática, que promueve la inclusión social e integración colectiva, dentro de su comunidad vecinal. Los clubes, y por ende el deporte, son actores sociales fundamentales para impulsar valores, tales como: la igualdad, tolerancia, resolución de conflictos, eliminación de discriminación y violencia (en cualquiera de sus formas). Es decir, operan como elemento integrador de colectivos, impulsando la pluralidad. Dichos valores que, impulsados por la solidaridad, el respeto, y el compromiso colectivo de miles jóvenes se vieron también reflejados en la Tragedia de Cromañón”.
“Es por eso por lo que, esta iniciativa, parte de un proyecto de transformación que llevan adelante actualmente los clubes de manera conjunta e integral, donde se trabaja constantemente en lograr instituciones con una identidad social clave para sus socias/os, hinchas y vecinas/os, a través de la transmisión de valores que promuevan la inclusión, equidad y respeto en el ámbito deportivo. Porque entendemos, además, que las/os jóvenes que son parte de los Clubes podrán vivenciar en la Institución estos valores y el respeto por la memoria de los acontecimientos pasados, desde una perspectiva crítica y reflexiva. Las distintas luchas de nuestro pueblo, muchas veces a través de sus organizaciones encuentran en los barrios, en los clubes, en las canchas, lugares de pertenencia y en sus paredes un lienzo donde la cultura y el arte popular permite desarrollar expresiones únicas. Estas se proponen en muchos casos disputarles a circuitos tradicionales de expresión la significación de los hechos más emblemáticos de nuestra historia”, concluye la defensa del proyecto.
J.C.