En la noche del 23 de enero, la actriz Laura Nevole se presentó con el espectáculo La Elegida (Festival Llegás Vera Vera) en el Patio Salguero (Salguero y Humahuaca), en el marco de Abasto Abierto, una convocatoria por la cual se exponen casi 50 espectáculos al aire libre.
Ahora, Nevole regresa con su unipersonal Trópico del Plata (dramaturgia de Rubén Sabbadini), mediante dos funciones presenciales (5 y 12 de febrero) en Nün Teatro, en la calle Juan Ramirez de Velasco 419.
Nevole es actriz, dramaturga -egresada de la Carrera de Dramaturgia de la Escuela Municipal de Arte Dramático dirigida por Mauricio Kartún-, licenciada en Psicología (UBA), directora de teatro, coordinadora de talleres de actuación y escritura teatral, docente -ayudante de primera- en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e instructora de educación física.
-¿Cómo fue la sensación de iniciar el año con una obra en Abasto Abierto, luego de un 2020 tan difícil?
-Fue muy emocionante volver a hacer la obra con público, ahí, cerca, sin mediación de pantalla. A la vez, un desafío: el de poner la obra al aire libre y recrear la intimidad a cielo abierto. Y sin duda, fue una revancha, ya que en marzo, luego de estar en el FIBA, íbamos a estrenar en Nun, con un nuevo músico en escena: Manuel Flores. Pero llegó la pandemia y nos quedamos con los ensayos atragantados. Así que fue una especie de estreno anheladísimo, una revancha de verano.
-¿Cómo fue el proceso de la obra? ¿Qué sentiste al saber que estaba seleccionada para Abasto Abierto?
-Basada en documentos de la propia vida, La Elegida fue escrita a dúo con Paula Fanelli, luego de tres años de charlas y ensayos. Promediando el proceso, se suma la música del gran Gabriel Ventura Gulí que termina de configurar la puesta en escena construida por Paula. Al saber que podíamos hacerla en Abasto, nos dio una enorme alegría: volver a hacer teatro, estrenar con Manuel, en fin, un respiro, una revancha.
-¿Cómo fue la experiencia el día de la función?
-Muy buena, había que resolver varias cosas técnicas y operativas (luces, sonido, traslado de escenografía, etc.), contamos con una asistente de lujo (Lu Caisutti) que se encargó de toda la previa, y ya en función, todo fue una fiesta. La recepción de la obra fue muy buena. El público se enganchó desde el comienzo, y la disfrutamos un montón. Recibir ese aplauso, en vivo. Gracias a todxs les organizadores y técnicxs: impecable. Y al público, muchxs que ya la habían visto en diferentes espacios: GRACIAS.
-¿Cómo es la preparación para Trópico del Plata en este contexto?
-Con una enorme expectativa: la de volver a hacer teatro EN un teatro, en una sala independiente (en este caso, Nün). Emoción pura. Es una obra de Rubén Sabbadini, que se estrenó en 2013 y amamos hacerla. La hicimos en TODOS lados, en todos los espacios imaginables, ahora también en este contexto. Mucha emoción a pesar de todo.
-¿Qué desafío supone hoy en día volver a hacer teatro independiente?
-El desafío es el mismo siempre. En términos artísticos: la entrega, y se suma una nueva emoción que es la de “volver” y crear un momento que se recorte de la realidad: estar en un espacio cerrado sin pensar en el covid, si logramos eso, estaremos satisfechxs.
-Desde tu punto de vista, ¿qué se necesita en este contexto de pandemia para garantizar la actividad teatral independiente?
-Protocolos accesibles. El gran desafío está para las salas más pequeñas que quedan excluidas ya que ocupar el 30 o aún el 50 por ciento de la sala implicaría para las salas más chicas no más de diez ó 16 personas y esto no llegaría siquiera a cubrir los costos de abrir. Lo mismo con las clases que son una usina fundamental para nuestra actividad. Protocolos accesibles o líneas de fomento (de ayuda estatal) que no condenen al cierre a las salas que son el corazón fundamental de nuestro teatro independiente.
J.C.
