Trabajadores del Hospital Ramos Mejía de Balvanera (Urquiza y México), principal efector público de la Comuna 3 y alrededores, realizaron este lunes una concentración en el hall del centro de salud y se mostraron en estado de alerta ante posibles cierres de áreas por falta de personal.
Los trabajadores denuncian que el Gobierno porteño no renueva los contratos de personal incorporado de forma transitoria en los picos de las distintas olas de Covid-19. Aseguran que sin ellos no se llegan a cumplir todas las funciones necesarias para el funcionamiento mínimo del hospital.
Meses atrás se denunció el despido de siete trabajadores, cuya situación se revisó luego de una protesta sostenida por parte de los trabajadores. Más cerca en el tiempo se denunció el despido de otros 35 empleados.
Asimismo hacen notar que, dentro del hospital, la Unidad Febril de Urgencia (UFU) de México y Urquiza para testear a personas con síntomas de Covid-19 cerró recientemente y en su lugar quedó un espacio menor de testeo en Urquiza 605.
Según estimaciones del cuerpo de delegados en el Ramos Mejía del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA) en este hospital hacen falta unos 100 enfermeros, unos 30 administrativos y 20 trabajadores en servicios generales. Todo este personal falta y además se viven situaciones de despidos, lamentan.
Una situación similar se denuncia en el Hospital Durand de Caballito, principal efector público de la zona, que abarca un sector del barrio de Almagro.
Allí la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) dentro del Durand denunció que “se cerraron 10 habitaciones de Terapia Intensiva” ante “la ola de despidos del personal de enfermería”.
J.C.