Un amigo de la revista me pidió una tarea complicada: buscar una poesía suya publicada en estas hojas hace unos cuantos años. De modo digital nos fue imposible así que tuvimos que recurrir al archivo en papel. Eso me permitió hacer un paneo general de algunas épocas de esta publicación, lo cual me recordó la interacción que había, bastante más que ahora, aunque la siga habiendo. Ese inmenso diálogo pienso que disminuyó un poco por ese espacio que nos brindaron las redes sociales.
En aquel entonces el Internet era incipiente y las redes sociales estaban en pañales. Las redes sociales han logrado dispersar mucha de esa concentración que tenían los medios. No solo los zonales, los medios masivos han perdido fuertemente en la pulseada. Basta con mirar a dónde va la mayor concentración de dinero de la publicidad oficial y se darán cuenta del peso que tienen hoy Facebook, Youtube o Google, por solo mencionar las más grandes. Lo hermoso de las redes es que, como soñábamos cuando comenzamos la odisea de esta publicación, ¡los vecinos tienen voz! Lo difícil es el algoritmo.
Me refiero a esa fórmula matemática por la cual la Internet 3.0 te presenta las cosas tal como vos las pensás; mientras a otro le presenta lo que el otro piensa, como consecuencia de lo que miramos. Eso va produciendo una ruptura, una brecha entre la gente. La famosa grieta de acá está claramente incentivada por los algoritmos y la situación “preguerra civil” que dicen vivir en Estados Unidos es aún más clara. La realidad es que todo indica que la cosa se les ha ido de las manos a sus creadores.
En mi opinión los medios que buscan mantener una ética cumplen un rol fundamental para una vida democrática, descentralizada y justa. Desde luego que los medios tienen una línea, más o menos abierta, pero un enfoque. Si hay varios medios hay varias miradas. Y los medios, más allá de su equipo, lo construyen los lectores y los anunciantes que los sostienen. Esa comunidad se concentra en esa voz hacia un fin. La verdad es que no es lo mismo canalizar una inquietud sobre algo vía un medio zonal que mediante una red social. Ahora, si se multiplican los factores la voz toma más peso. En lo concreto puede fomentar un acto puntual en un barrio (mejora de una plaza, un semáforo, mejora de situaciones de inseguridad o sociales y un largo etcéteras). Por eso, un gran desafío que estamos viviendo los editores de los medios zonales (más allá de la lucha por la permanencia de los medios) es integrarnos a las redes y la tecnología con la finalidad de sumar poder al barrio.
Desde acá invitamos a agilizar el grupo de Facebook “Amigos de la Revista El Abasto” y acompañar nuestro portal de la misma red social, con intención de interactuar. Porque, siempre dijimos lo mismo, un medio es una propuesta de diálogo. Su opinión es en definitiva la que nos interesa compartir. Siempre por un barrio mejor. Aunque haya tensión, aunque el acuerdo no sea instantáneo y necesitemos escarbar y presentar todas las aristas del tema. Porque en esta zona es donde convivimos así sea viviendo, trabajando o estudiando y la queremos lo mejor posible.
Por último, para cerrar volviendo a esa revisión histórica espontánea cuento que la búsqueda sirvió para su objetivo primario: ¡logramos encontrar la poesía!
Rafael Sabini