En el país fue contundente el pedido de cambio de rumbo político. No es casualidad que el macrismo haya perdido tanta fuerza y que el gran frente peronista Todos venga con mucha potencia. Es que si hace cuatro años se le dio la espalda al kirchnerismo fue para darle la posibilidad a las promesas de un país mejor y para cortar con la continuidad en el poder que muchas veces enquista problemas y profundiza en la presunta corrupción.
Lamentablemente la magia de los globos y las promesas basadas en coaching con frases de pastores evangelistas no impidió que gran parte de la deuda externa, como es costumbre, quede afuera, y peor aún, que el nivel adquisitivo de la gente baje de modo contundente. Si a eso se le agrega la violencia institucional avalando la represión el combo no solamente es insano sino que además conocido para los que recordamos la última dictadura militar.
Hoy la justicia –demasiado politizada– miró los votos y ya comenzó a cambiar veredictos, salen kas y entran emes… De momento a otro sale De Vido y entra Calcaterra… Más allá del castigo, si corresponde, merecemos saber qué se hizo de los grandes préstamos que entraron al país en estos últimos cuatro años. Y es necesario analizar las fortunas de todos los cómplices del hambre del pueblo para llevársela a paraísos fiscales.
Mientras será necesario dar un respiro a una ciudadanía demasiado ajustada, donde el dinero cada vez vale menos luego de las gigantescas devaluaciones producto de la estampida del dólar que en tres años y medio se disparó de 9 (si lo conseguías en blanco) ¡a 60! Recordando el trágico 2001 nuestra divisa tuvo la trágica caída de 1 a 2 que pronto pasó a 3… Esto ya se emparda con otros momentos, en términos de inflación mucho peores. Si encima se le suma el riesgo país por las nubes, la mayor desocupación, la quita de subsidios a las empresas que manejan el monopolio de los servicios esenciales, el aumento de los alquileres y para colmo la comida con precios desorbitantes en el “Granero del Mundo” entonces debemos reconocer que hemos retrocedido varios casilleros.
Hoy la situación económica no es la misma que hace quince años, la soja no anda con el mismo “viento de cola”, el flagelo de los agrotóxicos que denunciábamos en el 2001 es ya innegable para todo el mundo y mientras la deuda externa está hipotecando hasta 100 años de nuestras vidas. Sin mencionar los lingotes que fueron a Inglaterra y sin meternos en tema Malvinas, Ara San Juan ni otros asuntos que muestran una política mínimamente torpe, por no decir cipaya. Lo rescatable estuvo en la obra pública (cuyo aspecto negativo para la mayoría es que fue un gran negocio para ciertos amigos y más deuda). Salir de esta crisis no será fácil, ni siquiera para un gobierno populista. Desendeudarnos hoy será complicado, sin embargo, si el reparto se hace un poco más equitativamente, que la torta no sea solamente para los más ricos como hoy, ya estamos hablando de un país más justo.
¡Bienvenido Fernández!
Rafael Sabini
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