“En los cacerolazos encontramos la necesidad de organizarnos”, señalan integrantes de la Asamblea Plaza Almagro. Esta propuesta nació a fines del año pasado en rechazo a las medidas del Gobierno nacional y se consolidó con el tiempo como un espacio para realizar festivales, colectas solidarias y hasta una olla comunitaria en el Parque de la Estación.
A 10 días de asumir, el 20 de diciembre el presidente Javier Milei habló en cadena nacional para anunciar el Decreto de Necesidad y Urgencia para desregular la economía. Esa noche hubo cacerolazos y marchas al Congreso de la Nación. A nivel local hubo concentraciones en Rivadavia y Medrano y en Medrano y Corrientes.
“En esos cacerolazos los vecinos que participamos vimos la necesidad de darle una continuidad a eso que se expresaba en las calles, ir más allá de ese momento espontáneo contra el DNU y el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich”, indica ante este medio Pablo, uno de los integrantes de la asamblea.
“Somos trabajadores del barrio, jóvenes, jubilados. Algunos nos conocíamos de experiencias como las asambleas del 2001, también hay militantes de distintos partidos políticos o incluso gente que nunca tuvo actividad partidaria o activista”.
“La asamblea es apartidaria, no depende de ningún partido político, pero no es apolítica. Se discute de política, se discute la situación del país. Se trata de apoyar a las luchas que van surgiendo como el cierre de la agencia Télam o los recortes en áreas culturales”, agrega.
De este modo, la asamblea celebra reuniones semanales los martes a las 19.30 al pie del mástil en el centro de la Plaza Almagro. “Es abierta a todo el que quiera participar, deliberar y mocionar. Con una coordinación que es rotativa, se arma una lista de oradores, votamos resoluciones y acciones”.
“Por ejemplo, fuimos parte del “molinetazo” el 1 de marzo en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, en contra del tarifazo en el transporte público. También acompañamos a compañeros de Caballito durante los cortes de luz por la explosión de la subestación”, repasa Pablo.
A la par de estas acciones, los integrantes de la asamblea instalaron una olla solidaria en el Parque de la Estación, la cual llevan adelante los domingos a la tarde para servir un plato de comida caliente a vecinos y personas en situación de emergencia social.
El mes pasado, la Asamblea Plaza Almagro realizó un festival social y cultural con música en vivo, exposiciones de fotografía y, en ese contexto, realizaron una colecta de alimentos para la olla y de útiles escolares.
Pablo cuenta que juntaron el equivalente a dos millones y medio de pesos para poder comprar carpetas, lápices, gomas y demás materiales, los cuales donaron a seis escuelas de la zona.
En ese mismo encuentro invitaron a trabajadores del Conicet y del Banco Nación. Expusieron sobre los recortes del Gobierno nacional en el área científica y sus intentos para privatizar la banca pública.
Al cierre de esta edición el 17 de marzo iban a celebrar un segundo festival también con música en vivo y deliberación sobre el contexto social y político actual. “Encontramos en los festivales una herramienta artística y de lucha”, concluye Pablo.
J.M.C.